Armados, se llevan una caja registradora y el celular de un cliente

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Un comercio de Barrio Norte fue asaltado el pasado sábado durante la noche por dos sujetos que, tras ingresar de forma violenta al local, sembraron el terror con amenazas y armas de fuego. Según pudo averiguar este diario, el hecho tuvo lugar alrededor de las 23.30 en un negocio dedicado a la venta de bebidas, que se encuentra ubicado en 32, entre 19 y 20.

Pese a la fuerte circulación de vehículos que se puede ver por la avenida, la cuadra se caracteriza, entre otros puntos, por convertirse en un páramo desolado cuando los negocios de la zona, mayormente dedicados a rubros como la mecánica y mueblería, cierran sus puertas al público. Esto sucede a partir de las 18 horas.

De un recorrido que este diario hizo por la zona ayer, se desprende que el negocio más cercano que se encontraba abierto a la hora del atraco era una heladería ubicada en 32 y 19, a casi 80 metros del denominado “Outlet de Bebidas”.

Aprovechando estas circunstancias, dos individuos ingresaron el pasado sábado al negocio con fines ilícitos. Fuentes policiales indicaron que llegaron “en un motovehículo de 110 cc de color rojo” y que los sujetos cometieron el robo con el casco puesto, por caso para no dejar rastros de su identidad. Se informó además que al momento del asalto, en el local había un cliente que también terminó siendo despojado de un objeto de valor.

Con gritos y mostrando las armas que llevaban, los sujetos infundieron miedo entre los presentes y así tomaron el control del lugar. Luego, exigieron a la persona que se encontraba del otro lado del mostrador que entregara la recaudación. Como la caja registradora se encontraba bloqueada, los asaltantes optaron por llevarse el artefacto.

Mientras uno de ellos arrancaba los cables de la caja, el segundo se dirigió hasta un cliente y le exigió que entregara su teléfono celular. Fue el momento del robo más álgido ya que, pese a no resistirse, el maleante le apoyó el arma. Una vez que el delincuente tomó el teléfono, junto a su secuaz abandonaron el local.

Tras la huida de los malvivientes, una atmósfera de angustia se apoderó del local. Tal es así que, según precisaron fuentes policiales, los comerciantes no pudieron brindar mayores precisiones sobre el robo que acababan de sufrir por encontrarse inmersos en un “ataque de nervios”.

 

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