Deficiencias y cortes en el servicio eléctrico de nuestra zona

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El sistema eléctrico de nuestra zona volvió a mostrar una cierta fragilidad una vez más anteayer, con un extenso corte de luz que duró más diez horas y que afectó a miles de pobladores de Gonnet, Gorina y City Bell, lo que también derivó en la falta de agua. Por ser el primer domingo del año, con una temperatura tórrida, la experiencia resultó ciertamente traumática para tantos usuarios del servicio, según se hicieron oír.

Tal como se detalló en la nota publicada, desde Edelap se informó que “pasado el mediodía se produjo la salida de servicio de instalaciones que brindan suministro a sectores parciales de Gonnet y City Bell”.

Pero ese reporte no fue fácil de obtener para los vecinos afectados, ya que, según señalaron en forma coincidente, quienes llamaron al 0800 de la empresa a cargo del suministro dijeron que los atendió “una máquina automática” que se limitaba a destacar problemas en el servicio en City Bell y Villa Elisa –algo que resultaba obvio para quienes llamaban por ese motivo- pero que nada decía sobre el tiempo aproximado que podría demandar el retorno del servicio eléctrico.

“El personal de la empresa de inmediato recorrió las instalaciones. Detectó la falla en una instalación subterránea por lo que las tareas demandaron mayor tiempo”, agregaron. Y según explicaron desde la empresa, en principio se avanzó con el zanjeo y se hicieron intervenciones en la red. Mientras tanto, con más de 30 grados de calor ambiente, los vecinos sintetizaban la experiencia vivida: “un domingo para el olvido, un comienzo de año terrible”. Pasadas las 20,30 se habría normalizado la prestación del servicio.

Un problema similar se plantea, periódicamente, en todas las zonas del distrito. En el caso de los barrios con departamentos de altura, la falta de luz o las bajas de tensión se traducen también en la necesidad de subir por escaleras totalmente a oscuras -para quienes viven en pisos altos- y no sólo en el no funcionamiento no sólo de ascensores, sino de las rampas eléctricas para el ingreso y egreso de automóviles a las cocheras. Como casi inmediata derivación de todo ello, la falta de agua y el sinfín de trastornos para los vecinos.

Cocinas o calefones eléctricos que no funcionan, al igual que aparatos médicos (inhaladores, nebulizadores, mochilas de respiración), televisores, internet, computadoras y otros artefactos eléctricos privados de energía, completan el panorama habitual, en tanto que los vecinos, tal como resulta habitual, protestan por la clásica “falta de información y de respuestas” por parte de Edelap.

Se habló ya, también en esta columna, acerca de que la estructura del servicio eléctrico en la Región sufrió décadas de desinversión, llegándose a extremos injustificables como el que se tradujo hace años en el largo apagón que sufrieron City Bell, Gonnet y Villa Elisa. Se dijo entonces que ese corte –producido en un cable subterráneo que corre por el Camino Centenario- ocurrió cuando toda la región Norte de la Ciudad estaba siendo abastecida por un solo cable que llegaba a la subestación desde donde se distribuía la energía a esa zona.

El sistema de la Región necesita modernizarse, diversificar sus redes de distribución, actualizar los tendidos de cables, sometidos además a una seguidilla de robos. Pese a que muchas de las deficiencias puedan provenir de omisiones pasadas, esa realidad no le quita a Edelap la responsabilidad de garantizar un suministro eléctrico constante y confiable a nuestra zona. En este sentido, cabe insistir en la necesidad de los organismos de contralor, como es el caso de OCEBA, ejerzan una supervisión efectiva y exijan de la concesionaria el cumplimiento cabal de la prestación. Se habla de un servicio que es esencial para calificar la calidad de vida de la población.

 

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