La zona Oeste, en llamas: incendios intencionales y asaltos
Edición Impresa | 7 de Enero de 2022 | 02:36

El 25 de diciembre a la noche, en las últimas horas del día, Estela Maris estaba en el hospital junto a su esposo, quien padece una enfermedad terminal. El hombre fue internado el 21 del mismo mes y permaneció en el sanatorio casi una semana. Pero esa jornada tuvo algo distintivo: a las 22.55 horas, el teléfono de la mujer sonó y la voz del otro lado le avisó que su casa se quemaba. La pareja vive en un campo de 11 hectáreas situado en la zona de 40 entre 158 y 159. Allí había montadas cuatro viviendas separas por entre 80 y 100 metros cada una. Una era ocupada por Estela Maris, la otra por su madre de 82 años, y las restantes por el hijo y el sobrino de aquella, respectivamente. Las dos primeras ya no existen más.
“A mí me avisó mi sobrino, que vive en el mismo predio, que escuchó gritar a los hijos ‘¡fuego, fuego, salvá a la abuela!’. Cuando llegué, ya no quedaba nada”, le contó la víctima a EL DIA. Era “una casita de madera” de la que sólo quedaron los cimientos. “Perdí todo, me dejaron con lo puesto, con lo que tenía en el hospital”, lamentó. Después de ese episodio, hubo otros dos, ambos en la morada de la madre de Estela Maris. Y, según le informaron los peritos, todos fueron intencionales. Una de las hipótesis que manejan los damnificados es que quisieron usurparlos. Otra, que intentaron echarlos del lugar. “Por suerte no atacaron las casas de mi hijo o la de mi sobrino, donde hay nenes menores de edad”, señaló.
El segundo hecho sucedió el domingo último, a las 21.20. “Primero”, contó, “prendieron una pieza y los vecinos pudieron apagar las llamas; son todos muy buenos, todos ayudaron”. Sin embargo, los agresores no se dieron por vencidos y el martes a las 5.30 de la mañana volvieron a atacar. Esa vez, Gladys, de 82 años y “con problemas coronarios e hipertensa”, descansaba en el domicilio de su nieto. Por la hora, nadie advirtió el incendio hasta que fue muy tarde. “Ella también perdió todo, incluso las donaciones que nos habían dado luego del primer” siniestro, lamentó la damnificada; al tiempo que añadió que “mi mamá estaba durmiendo en la casa de mi hijo, por eso se salvó”.
Por otro lado, según precisó, “la Policía pasó, miró y llamó a los bomberos cuando ya estaba todo destruido. El otro problema es que acá roban por todos lados y el patrullero pasa cuando tiene ganas”. Asimismo, aclaró que “nosotros pertenecemos a la comisaría Decimocuarta”, y reclamó que “el domingo no nos quisieron tomar la denuncia porque estaban con el crimen de la chica en Romero”.
Desde el día en que perdió su hogar, Estela Maris duerme “en lo de una vecina de enfrente”, mientras espera por una resolución de la Justicia. “Los bomberos hicieron los peritajes y confirmaron que fue intencional. Queremos saber quién fue y que no vuelva a pasar”, cerró.
“DESCABEZAN LAS CÁMARAS”
Alicia es vecina del barrio Las Elviras, que se extiende desde De 155 a 157 entre 63 y 64 en Los Hornos. En ese sector de la Zona Oeste, también conviven con los fuegos y los robos. “Nosotros mismos colocamos las cámaras que hay en el complejo para sentirnos más seguros, porque muchos estaban construyendo y les robaban los materiales, como vigas, arena, lo que encontraban”, manifestó la frentista. El miércoles, un grupito de jóvenes destruyó varios de los aparatos que funcionan en 157 entre 63 y 64. “Es la primera vez que las arrancan. Esa calle es de movimiento para quienes desarman autos, por ejemplo. No fueron robadas, fueron descabezadas, lo que querían era que no se viera, no venderlas”, indicó.
Una joven y su hijo de 9 años fueron atacados por ladrones en moto en 135 entre 61 y 62
Por otra parte, remarcó que “tenemos denuncias hechas hacia un grupo de chicos que anda siempre por la 63 para el lado de 165, que una vez a la pasada prendieron fuego una casa que está en 65 y 156. Hemos tenido robos en esa misma cuadra, que quedaron filmados; y, en general, la zona es bastante insegura, sobre todo con los motochorros que asaltan a personas mayores”. Y acotó: “Está peligroso”. Alicia detalló que los vecinos “estamos organizados con grupos de WhatsApp -somos más 20 integrante- en donde nos vamos avisando si hay algún problema en las casas que están habitadas y también aquellas que siguen en construcción. Una de las chicas que se mudó, al poco tiempo le desvalijaron la casa”. En cuanto a los siniestros, señaló que “además sufrimos incendios intencionales en la parte no loteada. El año pasado quemaron un vehículo robado en la esquina de 156 y 63 y en distintas oportunidades dejan partes de autos, porque hay un sector deshabitado”.
Por último, destacó que “no hay patrulla que pase por esta zona. Hubo vecinos que fueron a hablar con el personal de la Comisaría y con funcionarios del Ministerio de Seguridad para pedir un móvil que pase por acá, pero no está ocurriendo”. Y agregó: “Hoy (por ayer) repusimos las cámaras y les agregamos las rejas antivandálicas. El técnico que las repuso me contó que esto mismo está pasando en otros sectores de Los Hornos”.
También en Los Hornos, pero en las inmediaciones del Centro, la hija de Carla Beamonte sufrió un aterrador asalto a manos de motochorros. “Mi hija bajó del colectivo con su hijo de 9 años, habían ido a comer a McDonald’s porque el domingo es el único día que tiene franco. Cerca de las 23.30 en 135 entre 61 y 62, una moto se subió arriba de la vereda y el que iba como acompañante sacó un arma y lo apuntó a mi nieto mientras le gritaban, y les sacaron todo”, expuso. Cuando los ladrones fugaron, las víctimas salieron a la carrera hasta la comisaría, situada a dos cuadras. “Ahí le dijeron que para qué iba a hacer la denuncia si no había visto la patente, que no tenían patrulleros ni personal. Imaginate, ¿qué iba a ver mi hija si le estaban apuntando al nene?”. El atraco ocurrió el pasado 19 de diciembre. “Esta zona está terrible, que arde, no podés andar por ningún lado. La verdad es que estamos solos”, se quejó.
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