En pleno luto, Gimnasia dio el mensaje de que sigue peleando

Eric Ramírez siempre tiene que ser titular. No estando Tarragona es, por lejos, el mejor delantero. Después de la barbarie llegó una alegría

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Por MARTIN MENDINUETA

@firmamendinueta

Con la tristeza, el dolor y la indignación impregnadas en los colores de su camiseta, Gimnasia salió a jugar y ganó un partido sumamente importante para demostrar y demostrarse que está vivo como para seguir peleando por un sueño que construyó en base a su esfuerzo y eficacia adentro del campo.

Después de tres noches oscuras buscando y reclamando explicaciones creíbles que por ahora no han llegado, Gimnasia (sus hinchas fundamentalmente) anda con el corazón hecho trizas y, por eso, lejos estuvo de entusiasmarse con la prueba que le ponía adelante el fixture del torneo que todavía sueña con conquistar.

Sólo la falta de sensatez que suele abundar en nuestra sociedad pudo hacer que tan cerca de un episodio luctuoso (engendrado por la desidia y el desmanejo del poder) Gimnasia volviera a salir a la cancha con la obligación de pensar en el excelente desempeño que viene realizando.

De la noticia aberrante, al cortejo fúnebre, y del entierro de un hincha que bajo ningún punto de vista merecía lo que le ocurrió, a un partido más; ratificando que el fútbol tiene entre los argentinos un halo de impunidad difícil de justificar.

 

El plantel demostró sensibilidad a partir de la muerte del hincha y ya desea el regreso al Bosque

 

En el marco de una campaña que, independientemente de cómo termine, la historia del club guardará con cariño y elevada consideración, el partido de ayer lució como un eslabón tan genuino como desubicado en el tiempo de una coyuntura teñida de pena.

¿En qué momento del día los familiares y amigos más cercanos del fallecido César Regueiro se habrán conectado con la realidad paralela de este triunfo que Gimnasia no podrá disfrutar?

Esta forma de vivir que tenemos, donde todo se mezcla como si no ameritara pisar el freno y recapacitar seriamente, hace que un fin de semana más largo de lo habitual, e iniciado de la peor manera, vaya terminando con un resultado deportivo dulce para toda la gente que no conseguirá borrar de la memoria aquella noche horrenda.

Más allá de los tres puntos que Gimnasia ya tiene sumados en la tabla de posiciones, se percibe, entre tanta tristeza, un grado de sensibilidad de los jugadores para con el sufrimiento de los hinchas que instala, al menos, una brisa agradable.

Pasado mañana, cuando todo parece indicar que Gimnasia regresará a su estadio para enfrentar a San Lorenzo, el impacto será grande, pesado e imposible de disimular.

Cada uno recordará dónde estaba y qué le ocurrió en el momento de mayor desesperación.

Así, lamentablemente, se vive el fútbol que tanto nos gusta. Entre el espanto y la incredulidad.

La película sigue. El campeonato, también.

Gimnasia, ese equipo que salió al campo vestido de luto, ganó un partido valioso para seguir en carrera por su sueño. Nada que se compare con una vida.

Gimnasia

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