Amenazan con cortarle el dedo a una mujer en una feroz entradera en La Plata

El hecho ocurrió ayer a la mañana. Los delincuentes sorprendieron a una empleada de la víctima cuando barría la vereda y, tras encañonarla, la obligaron a entrar en la casa. En el interior, amenazaron y golpearon a una jubilada

Edición Impresa

Un grupo de al menos cuatro delincuentes perpetró ayer por la mañana una feroz entradera en una vivienda ubicada en Barrio Jardín.

Según pudo averiguar este diario, para abrirse paso en la morada, los malvivientes sorprendieron a la empleada doméstica cuando se encontraba limpiando la vereda.

Tras apuntarle con un arma de fuego, los sujetos obligaron con amenazas a la trabajadora a que dejara de lado sus obligaciones e ingresara en la casa.

Una vez adentro no escatimaron en violencia y sometieron a la dueña de casa, una jubilada de 76 años, a una serie de amenazas y cachetazos en la cara para que revelara dónde tenía guardados sus ahorros.

Debido al nerviosismo y estrés que sentía, producto de la terrible experiencia que le hicieron vivir tres ladrones encapuchados -un cuarto se quedó en el auto-, accedió a brindar un breve testimonio en el que hizo especial hincapié en la forma violenta con la que procedieron pese a que en ningún momento hubo resistencia.

“Desde el principio fueron muy violentos. A la señora que me ayuda la empujaron y la obligaron a meterse en la casa. Una vez que entraron ya no quedaba nada más por hacer. Recuerdo que eran por lo menos tres muchachos, pero no les vi la cara porque inmediatamente me obligaron a bajar la cabeza. Además, llevaban pasamontañas y viseras. No creo que pueda hablar mucho. Ahora estoy contenida por mi familia, que además me está ayudando a ordenar todo el desastre que me dejaron”, expuso la mujer.

En base a la versión oficial, los sujetos dieron por sentado que en esa casa había dólares, así que comenzaron a exigir a la víctima que indicara dónde tenía las divisas estadounidenses.

Al mismo tiempo, mientras dos de ellos procedían a la maniobra que en la jerga delincuencial se conoce como “ablandar”, los restantes se dedicaron a revolver en busca de algún objeto de valor que les permitiese agrandar el botín.

Los hampones no tuvieron piedad. Mientras violaban su intimidad en sus muebles, hurgando entre sus pertenencias y arrojando todo al suelo como si se tratara de desechos, la hicieron vivir instantes de terror con simulaciones de mutilación.

Según indicaron fuentes policiales, en varias oportunidades le hicieron creer que le iban a cortar el dedo con un cuchillo. “Le apoyaban la parte no filosa de la hoja en una de sus falanges y realizaban el movimiento de corte”, expuso una fuente del caso.

Los ladrones no se conformaron con lo que le quedaba de su jubilación.

Convencidos con que la mujer guardada una suma mucho más abultada prosiguieron durante varios minutos más con esta forma de tortura. La pesadilla llegó al final cuando los dos sujetos encargados de revisar la casa expusieron ante el que parecía ser el cabecilla que no habían encontrado nada.

Ante la posibilidad de que los pudieran haber visto, tomaron el botín en pesos y abandonaron la escena.

Según las averiguaciones que hizo la policía, se proyecta que una vez consumado el atraco los sujetos abordaron un rodado de color blanco con vidrios polarizados -identificado a través de una cámara de la otra cuadra de 85 bis y 120-, y fugaron con rumbo desconocido.

Según apuntaron fuentes policiales, en total se llevaron 28.000 pesos y 30 dólares.

Pese a que rápidamente se dispuso montar un amplio rastrillaje por las cercanías a ese barrio, para tratar de interceptar a los responsables del atraco, los resultados fueron infructuosos. Y hasta noche nada se conocía sobre el paradero de los asaltantes, a pesar de los datos obtenidos del auto en que circulaban. Creen que fue al voleo.

En el transcurso del lunes, en el marco de las instrucciones judiciales, la Policía Científica realizó trabajos de rigor en la vivienda en donde acontecieron los hechos.

En tanto que en el barrio vecinos manifestaban su preocupación por la creciente inseguridad. “Es la primera vez que me pasa. Y pese al mal momento, no me pienso ir del barrio. Estoy acá desde hace 50 años. Además en todos lados está así”, reflexionó la damnificada, que pidió mantener su identidad a resguardo.

“Le apoyaron la parte no filosa del cuchillo en una falange y le realizaron el movimiento de corte”

 

 

entradera
La Plata
cortarle el dedo
Barrio Jardín

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE