Una “tristeza abrumadora”: este y otros sentimientos afloran al ver la Tierra desde el espacio
Edición Impresa | 19 de Octubre de 2022 | 02:40

El actor canadiense William Shatner es una figura que muchas generaciones asocian con los viajes interplanetarios. En la ficción interpretó al célebre Capitán Kirk de la serie Star Trek. Y ahora, en un adelanto de su libro, relató la tremenda conmoción que le generó abandonar realmente los límites terrestres. En uno de sus capítulos, Shatner describe el detrás de escena de su aventura espacial y, lejos de recordarlo como algo bueno, aseguró que en el espacio se siente una “tristeza abrumadora”, que aquella experiencia fue “la más desoladora de su existencia” y que todo lo que observó, en realidad, “fue muerte”.
En octubre de 2021, Shatner formó parte de la tripulación de Blue Origin que logró un ticket para abordar la nave New Shepard. Fue invitado por el propio Jeff Bezos, quien se reconocía como un fan de la serie. Ahora, tras admitir que aquel viaje espacial no fue lo que esperaba, varios aseguraron que esa sensación no es exclusiva del actor sino un sentimiento que, aparentemente, se apodera de todo aquel que se encuentra en el espacio y mira desde la oscuridad nuestro planeta.
Muchos viajeros espaciales describieron cómo la experiencia de admirar el planeta Tierra desde una vista lejana, les ha cambiado la vida para siempre. Quizá por la sensación de separación y desprendimiento de lo conocido, la experiencia ha sido generalizada en un gran número de astronautas que lo describen de diversas formas y ha sido nombrada por el filosofo espacial Frank White como el “Efecto Perspectiva”.
White, en su búsqueda por explicar la experiencia de los viajes espaciales, entrevistó a un gran número de astronautas. Fue así como logró la publicación de su icónico libro de 1987, “The Overview Effect: Space Exploration and Human Evolution”, que explica la condición humana al saberse fuera de su burbuja terrestre.
Fue en esta publicación donde la extraña sensación de desasosiego descrita por los astronautas recibió el nombre de “Efecto Perspectiva”. En el trabajo de White se explica cómo el hecho de admirar el planeta Tierra desde fuera, puede traer consigo un cambio cognitivo interno en la conciencia que irradia del hecho de colocarse ante su planeta desde el espacio exterior.
“Podría decirse que el efecto perspectiva es una transformación de la consciencia a partir de la experiencia de observar con sus propios ojos la realidad de la Tierra como una unidad -apunta White-. Al visualizar el planeta desde el espacio, la perspectiva cambia y pasa de ser un mundo gigante que no alcanzamos a comprender, a un orbe pequeño insignificante y vulnerable”.
Según se explica, en el espacio -y ante la visión de nuestro planeta lejano- la estructura mental se reajusta casi instantáneamente, las fronteras desaparecen y ningún conflicto parece más importante que el planeta en sí mismo. Surge una necesidad de proteger a ese punto pálido azul, como lo dijo en su momento Carl Sagan, que está rodeado de una atmósfera tan endeble como el humo de cigarro. Desde arriba, todo se observa muy distinto.
Muchos astronautas han descrito cómo los viajes espaciales han despertado una inexplicable necesidad repentina de proteger el planeta, pues es lo único preciado que pueden divisar en el vasto y gigantesco espacio solitario. Carl Sagan nunca salió de la Tierra y, sin embargo, entendió bien esta necesidad de revalorizar lo cotidiano y conocido, pues su mente pensaba constantemente en la exploración espacial. Cuando en 1990 la Voyager ya había pasado 13 años viajando por el Sistema Solar y se encontraba a 6 mil millones de kilómetros de la Tierra, volteó hacia nuestro planeta para tomar una última foto. De ahí se desprende la icónica imagen de donde Sagan tomó la inspiración para escribir su reflexión llamada “Ese Punto Pálido Azul”, en donde el divulgador científico pone en palabras la sensación provocada justamente por el efecto perspectiva.
Sagan pensaba que admirar la insignificancia de la Tierra, surtiría un efecto ante el egoísmo humano y que sólo entonces seríamos capaces de dejar de lado las diferencias, pues nos daríamos cuenta de que “nuestro planeta es una mota solitaria en la gran oscuridad cósmica envolvente”.
Al parecer, Sagan experimentó el efecto perspectiva sin siquiera salir de la Tierra: tan sólo le bastó mirar al planeta reducido a un punto de luz rodeado de la gélida y azabache oscuridad.
Según White, en tanto, la órbita terrestre es el primer paso que te hace dar cuenta de que la Tierra funciona como una unidad, pero visitar la Luna o Estación Espacial Internacional -como lo hicieron muchos astronautas en los últimos años- cambiaría la estructura mental en la medida en que los astronauta se hacen conscientes de que pertenecen a un sistema planetario del que la humanidad no tiene consciencia, un efecto que White llama la “perspectiva copernicana”.
De alguna manera, apuntan varios especialistas que analizan este fenómeno, Shatner se sintió arrancado de su matriz biológica y se percató de que el gran deseo de los humanos por explorar el espacio, es un viaje hacia el vacío. Esos mismos expertos aseguran que ese efecto -o simple sensación- podría cambiar a medida que los viajes al espacio se vuelven más frecuentes. Si eso es cierto, sólo lo dirá el futuro.
Carl Sagan conocía bien el “efecto perspectiva” sin necesidad de salir de la Tierra
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