VIDEO. La Plata: así se metieron a robar en la casa de una jubilada de 90 años

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Una vecina de 90 años, que vive en Villa Elvira, estaba abocada en la tarde del viernes a lo que se le indicó por recomendación médica: que realice alguna caminata.

Temerosa de hacerlo en la calle, viene haciendo ese ejercicio en el parque delantero de su casa, en la esquina de 8 y 73.

Pero a las 6 de la tarde de aquella jornada, dos hombres le interrumpieron la rutina para efectuarle una consulta. Era el prólogo de lo que iba a convertirse en un caso más de inseguridad.

“¿ESTA CALLE ES 8 Ó 9?”

Según lo informado ayer por Elsa (90) a EL DIA desde el interior de su casa, tras disculparse por no acercarse hasta la puerta por temor, “estos dos señores, que deben tener entre 35 y 40 años, me preguntaron si estaban sobre calle 8 o si era calle 9”.

Creyendo que se trataba de una consulta hecha de buena fe, con el propósito de colaborar para disiparle la duda a ese desconocido enseguida le respondió que “acá estamos en calle 8, en 8 y 73”.

Buscando alejar cualquier eventual sospecha de la jubilada, el mismo sujeto de inmediato apeló a una excusa para justificar su consulta.

Al respecto, la damnificada reveló que “me dijo que estaban esperando a un amigo desde hacía unos minutos. Y que como habían quedado en encontrarse en la esquina de casa, supusieron que a lo mejor ellos se habían equivocado de calle y que por ese motivo el amigo no aparecía”.

Lo que en la jerga policial se conoce como “un cuento del tío”, instantes después quedó al descubierto porque ambos individuos se mostraron ante la jubilada como lo que realmente son: delincuentes.

¿De qué manera? Elsa brindó la respuesta: “Terminaron metiéndose en casa por la fuerza, aprovechando que la puerta había quedado abierta”.

“Luego lo hizo un cómplice de ellos, que saltó un paredón lateral de mi vivienda”, completó. Esa escena fue filmada por una cámara de seguridad del barrio.

Elsa consignó que uno de los asaltantes “enseguida me abrazó y me mantuvo así sujetándome fuerte hasta que se fueron unos minutos después. Por eso me quedaron las muñecas de mis manos marcadas”.

No pudo precisar el tiempo en que duró el atraco, pero igualmente no dudó en sentenciar que “para mí fue como un siglo”.

Asimismo, durante la charla con este diario, la jubilada no tuvo tapujos en dar a conocer que, en pleno asalto, “a estos delincuentes los insulté de arriba a abajo”.

Cuando se le hizo notar que su reacción bien pudo haber despertado la ira de esos ladrones, lo admitió y entonces reflexionó: “Es cierto, la verdad que la saqué barata”.

Pero claro, seguramente habrá sentido en esos momentos de sumo nerviosismo una profunda indignación por advertir la coartada a la que apeló la banda para concretar el asalto.

“UNO DE ELLOS SE PUSO GUANTES”

Mientras repasaba en su memoria los pormenores del lamentable episodio, recordó que “uno de ellos (en alusión a los asaltantes) se puso guantes antes de ingresar a mi habitación”.

Consultada acerca de las pertenencias que le quitaron esos delincuentes, contestó: “Me robaron algo de dinero y mi alianza”.

Elsa aseguró no tener en claro la cantidad de efectivo que le sustrajo la banda, cuyos integrantes todavía permanecen prófugos.

 

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