Violenta entradera a una pareja de jubilados en su casa de San Carlos

Fue en 47 entre 148 y 149. El matrimonio iba a baldear el garaje y fueron abordados por tres ladrones. Robaron $ 5 mil y elementos de oro

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Una pareja de jubilados del barrio San Carlos ya había desayunado y decidió sacar a la calle su casa rodante, para poder baldear el garaje de su vivienda. Ni por casualidad se les cruzó por la cabeza el espantoso momento que iban a vivir sus integrantes momentos después.

Mientras se disponían a realizar esa tarea de limpieza, sin que lo advirtieran, cuatro delincuentes que iban en un Volkswagen Polo de color gris pasaron dos veces por la cuadra donde vive esta pareja, en 47 entre 148 y 149.

Instantes después, la banda volvió a cruzarse por la puerta de su casa, pero para ejecutar el asalto. Se presume que ya los habían “marcado”.

“TRANQUILOS, NO PASA NADA”

Este caso de inseguridad ocurrió a las 10 de la mañana del pasado miércoles, según lo informado ayer a la tarde a EL DIA por uno de los damnificados, Miguel Assirio (66). Fue en el mismo lugar donde comenzó la odisea que vivió durante media hora junto a su esposa.

“Estábamos con la hidrolavadora lista para limpiar el piso, cuando se nos vinieron tres pibes de entre 18 y 25 años, encapuchados y con guantes en sus manos”, mencionó el hombre al arrancar su relato.

Luego, señaló que “seguramente vieron nuestra cara de susto y nos dijeron ‘tranquilos, no pasa nada’. Pero enseguida nos ordenaron ‘vamos para adentro’. Y no tuvimos más remedio que obedecerles, porque estaban armados”.

Assirio comentó que ya dentro de la casa “comenzaron a ponerse violentos” y tanto él como su mujer escucharon una y otra vez a la banda exigirles “que les diéramos dólares”.

“Les decíamos que no tenemos dólares y no nos creían. Recién se convencieron después que nos revisaron toda la casa y no encontraron ni un billete”, reflejó.

“CASI ME CORTAN UN DEDO”

El jubilado también reveló un dramático momento que le tocó afrontar y que lo angustió bastante.

Al respecto, recordó que “mientras estaba sentado en el sillón, como me lo habían ordenado, el que comandaba al grupo, que era a su vez el más nervioso, me apoyó el filo de un cuchillo mío arriba de un dedo”.

“Me decía que me lo iba a cortar, porque le dije que no había dólares. En esos instantes pensé que me lo iba a cortar, lo creía capaz de hacerlo. Pero luego fue con otro cómplice a revolver todo. El restante ladrón, que estaba con un arma de fuego, se quedó vigilándome con mi esposa”, consignó Assirio.

Pero el mismo delincuente se ensañó de todas maneras con él y pasó a la agresión física, sin advertencia verbal previa.

“Este mismo asaltante me pegó con el mango del cuchillo tres veces en la cabeza, abriéndome igual cantidad de cortes sangrantes”, reveló posteriormente.

Como si fuera poco, Assirio soportó además “dos fuertes trompadas que me dieron en la espalda, a la altura de los pulmones, que me dejaron casi sin respiración unos segundos”.

Todo ante la aterrada mirada de su mujer, con quien la banda tuvo mayor compasión.

“Por suerte a ella no le pegaron, pero igual estaba muy asustada, demasiado. Es que lo que más les importaba era encontrar dinero y no teníamos lo que buscaban”, refirió después.

Consultado sobre las pertenencias que les sustrajeron, detalló que “se llevaron 5.000 pesos que tenía en mi billetera, las dos alianzas, cadenitas de oro y relojes”. Precisó que los indeseables sujetos permanecieron allí “unos 35 minutos”.

Por el asalto, Assirio fue atendido en el Hospital Italiano debido a las heridas sufridas. Pero además “porque a los dos se nos subió la presión arterial por el disgusto”.

 

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