Con un show nostálgico, arrancó la despedida de Serrat de la Argentina

Repasó una buena parte de su trayectoria musical en Rosario, donde emocionó a sus fans y continuará con más recitales en Córdoba y Buenos Aires 

Joan Manuel Serrat inició ante una multitud reunida en el autódromo de Rosario, el segmento argentino de su gira de despedida de los escenarios con un concierto donde repasó buena parte de su trayectoria. En el primero de los siete recitales locales de “El vicio de cantar 1965-2022” (el martes pasará por el estadio Mario Kempes de Córdoba y, entre el 19 y el 29 de noviembre, realizará cinco funciones en el porteño Movistar Arena), los fans cantaron, se emocionaron y disfrutaron de la calidez del catalán.

"Bienvenidos todos todas y todes, les voy a rogar que dentro de lo posible aparten todos los atisbos y tentaciones de melancolías y nostalgias que puedan amenazarnos. Piensen que de ahora en adelante todo lo que pase es futuro, y no nos lo vamos a perder", dijo Serrat a modo de bienvenida y después de entonar “Dale que dale” con la que abrió la velada. El artista, de 78 años,

agradeció al público por acompañarlo "como lo han hecho a lo largo de toda mi vida", en otro tramo de un encuentro cargado de emotividad.

La relación entre Serrat y Rosario quedó plasmada en la tarde del viernes cuando el músico y compositor participó de la inauguración de un paseo que lleva su nombre y el de su amigo argentino, el fallecido escritor y dibujante Roberto “Negro” Fontanarrosa, ubicado en la esquina del mítico bar El Cairo en el centro de la ciudad.

“Ha sido un gusto pisar una vez más Rosario y poder gozar de su afecto, un afecto del que pienso seguir gozando”, deslizó el autor de gemas como “Esos locos bajitos”, “Pueblo blanco” o “Disculpe el señor”, por citar apenas algunas.

La presentación en el Autódromo, que fue abierta por el armoniquista y compositor local Franco Luciani, incluyó por parte de Serrat una versión de su clásico "Penélope" tras el que comentó que si de él dependiera “estaría cantando hasta el amanecer", aunque aclaró entre risas: "Probablemente haga un papelón en algún momento”.

MI CORAZÓN ME DICE QUE ESTÉ TRANQUILO

La despedida rondó sobre los mismos tópicos que ya había tocado días atrás en una conferencia de prensa, en la que participó EL DIA: destacó el vínculo que desde hace más de 50 años lo une con la Argentina y la importancia de vivir este momento en plenitud, pero con tranquilidad.

"Mi corazón me dice que esté tranquilo porque él está tranquilo también. Solamente vengo a despedirme de los escenarios y no a despedirme de la gente, ni del país, ni del cariño que nos ha unido", expresó. 

"He tomado esta decisión de retirarme del escenario, de dejar lo que puede ser una de las partes más divertidas de mi oficio, para mí la más divertida, pero también la que requiere mayor disciplina", se sinceró el “Nano”, para aclarar que no dejará de componer. 

Camino de cumplir 79 años el 27 de diciembre, el autor de "Mediterráneo" no ha perdido ni un ápice del fervor que su presencia genera en el Río de la Plata: "Mi relación con el público argentino fue apasionada desde el primer momento", recalca.  

Serrat debutó cantando y tocando sus canciones a mediados de la década de 1960 en Radio Barcelona, su ciudad natal, primero con canciones en catalán y luego también en castellano y fue cobrando una gran popularidad. 

En Argentina desembarcó en 1969, mismo año en que se editó su primer sencillo en el país, "Tu nombre me sabe a hierba", e inició un idilio con una tierra que de alguna forma ya conocía desde niño por los tangos que escuchaba su padre.  

"En Argentina sucedieron cosas muy importantes, desde mis primeros programas de televisión hasta estos últimos conciertos. Es una vida llena de situaciones donde quizá la más espectacular fue el concierto que dimos en la plaza de los Dos Congresos (Buenos Aires, 1992) que reunió tantos miles de personas y fue tan lindo", recuerda. 

Foto // Un pasaje del show de Serrat, donde repasó parte de su trayectoria musical

MÁS ALLÁ DE LA MÚSICA 

Sus viajes y anécdotas en Argentina fueron constantes hasta que, en 1976, el último golpe de Estado militar y la consiguiente dictadura censuró sus canciones y no quería que pusiera un pie en el país, lo que abrió un paréntesis de ausencia que concluyó en 1983.  

Un paso del tiempo y situaciones que impactaron en el artista y su público: "Había una relación juvenil muy clara y muy afectuosa y esto se va modificando con el tiempo, con lo que sucede, con los primeros movimientos políticos fuertes en Argentina, los militares, la represión y la guerra sucia. Ha habido todo un cambio de todos en todo los que vamos haciendo, y cada quien se va posicionando", aseguró.  

"Y en estos momentos, con 70 y muchos cumplidos, lo que mantengo con el público argentino es una relación larga, que pilla varias generaciones y en la que nos une, por encima de todo, una confianza común, y por otra parte un sonido, una música, unas canciones, un artista y un ser humano que tiene mucho que ver con lo que ha ocurrido y esta ocurriendo", aseveró. 

Volver a Argentina, donde tantos amigos ha hecho con el correr de los años, supone reencontrarse con lugares que ha visto modificarse "a veces con alegría y a veces con una profunda tristeza o nostalgia". "Y eso lo voy a seguir haciendo", señaló. 

Pero reconoció que los lugares valen en tanto en cuanto han sido compartidos con gente querida o sueños, por lo que cuando desaparecen "los sueños, las gentes, los amores", entonces también "se modifican los caminos".

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