Lionel Messi va por el sueño en su última Copa
Edición Impresa | 14 de Diciembre de 2022 | 04:46

“Es una locura todo lo que estamos viviendo, con cada partido con la gente, lo que se vive en Argentina. Vamos a dar el máximo en la final y dejar todo”. Las palabras de Lionel Messi tras la gran demostración colectiva ante Croacia de la mano de su descollante actuación, hablan a las claras de lo que siente y vive como estandarte de un equipo que puede permitirle cumplir el sueño de su vida: levantar la Copa del Mundo en Lusail el próximo domingo.
Además, Leo no deja récord sin batir, marca sin superar. Al iniciar el partido, alcanzó su partido número 25 en una Copa del Mundo e igualó al histórico alemán Lothar Matthaus, quien tenía desde Francia ‘98 esa distinción
“No será fácil batir esta marca”, había dicho hace unos años Matthäus, campeón del Mundo en 1990 y subcampeón en 1982 y 1986. Lionel Messi lo alcanzó y de no mediar imponderables, se irá de su quinta y última Copa con el récord absoluto.
Además, al abrir el marcador en el minuto 34 del primer tiempo con un certero disparo desde el punto del penal, dejó atrás a Gabriel Batistuta y con 11 tantos se convirtió en el máximo anotador del seleccionado albiceleste en la historia de los Mundiales.
Lionel Messi tuvo una actuación deslumbrante para llevar a Argentina a disputar su sexta final, la segunda propia tras Brasil 2014 cuando Alemania le dio un golpe doloroso con el 1 a 0 de Mario Götze en el minuto 113 que hizo trizas la ilusión del equipo dirigido por Alejandro Sabella.
Ante el seleccionado croata, Argentina tuvo una primera media hora expectante, de dominio del buen mediocampo liderado por Modric aunque sin peligro sobre Dibu Martínez. Una pelota larga que dejó mano a mano a Julián Álvarez con el arquero Dominik Livakovic cambió el partido: penal que Messi cambió por gol, 1 a 0 y otra historia comenzaba a escribirse.
Desde ese momento, todo fue de Argentina, que cinco minutos después aumentó por intermedio de Álvarez. A esa altura, Messi comenzaba a ser dueño del espectáculo. Rápido para pensar, preciso para ejecutar, simple para tocar, cuidó cada pelota como si en ella le fuera la vida. Verlo estirar por una molestia en un aductor paralizó varios corazones aquí y en Doha.
Su segundo tiempo fue glorioso. Sin errores, dueño del equipo, amo de los tiempos. Decidido a liquidar el pleito y no tener sorpresas como ante los de Van Gaal, sacó a bailar contra el lateral derecho a Joško Gvardiol. Amague, finta, desborde, todo el repertorio de conejos de la galera para que Julián Álvarez liquidase la historia.
Y para que Lionel Messi quede de cara a la Historia. Falta un escalón.
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