La deuda cultural de la humanidad con la plena igualdad de la mujer

Edición Impresa

Opinión Editorial

Hace pocas jornadas el Senado bonaerense, al rendir homenaje a una dirigente política de la Provincia -la primera mujer que resultó electa como intendente en el territorio bonaerense en 1987 en el partido de Tornquist, cargo que desempeñó hasta 1991- no sólo cumplió con un acto de reconocimiento a la presencia femenina en la acción pública sino que, acaso como contraparte, dejó en evidencia la demora histórica con que se avanzó y sigue avanzando en el pleno reconocimiento a la igualdad de géneros.

“Los cuatro años de mandato, en un contexto económico difícil, fueron caracterizados por una gestión de puertas abiertas los siete días de la semana, y los vecinos eran atendidos por la intendenta tanto en el municipio como en su domicilio particular”, recordó el legislador que fundamentó la iniciativa.

Existen trabajos estadísticos acerca de la participación de la mujer en cargos políticos a nivel mundial. En la actualidad sólo 30 mujeres se desempeñan como jefas de Estado o de Gobierno en los actuales 193 Estados miembros de las Naciones Unidos. Se estima que, al ritmo actual, la igualdad de géneros en los más altos cargos de las diversas naciones no se logrará por otros 130 años.

En los últimos años, sólo el 21 por ciento de quienes ocuparon ministerios fueron mujeres. Con un aumento anual estimado en apenas el 0,52 por ciento, no se alcanzará la paridad de género en los cargos a nivel ministerial antes de 2077.

Las carteras ministeriales más comúnmente ocupadas por mujeres son las siguientes: Familia/Niñez/Juventud/Adultos Mayores/Discapacidad, seguidas por Asuntos Sociales; Medio Ambiente/Recursos Naturales/Energía; Empleo/Trabajo/Formación Vocacional, y Asuntos de la Mujer/Igualdad de Género.

En cuando a los gobiernos locales, que podrían ser los más accesibles, el informe realizado por ONU-Mujeres señaló que se observan variaciones regionales en los órganos deliberativos: Asia central y meridional, en un 41 por ciento esos puestos son ocupados por mujeres; Europa y América del Norte, 36 por ciento; Oceanía, 32 por ciento; Asia oriental y sudoriental, 28 por ciento; América Latina y el Caribe, 25 por ciento; África subsahariana, 25 por ciento; Asia Occidental y África del Norte, 18 por ciento.

Por cierto que estas diferencias en la ocupación de cargos políticos se ven correspondidas por una fuerte disparidad de ingresos de las mujeres con los varones en el mundo laboral, en detrimento de las primeras.

La desigualdad no se circunscribe al salario, ya que muchas mujeres ven afectado aún mucho más su desarrollo laboral y económico, así como sus derechos laborales como contar con vacaciones pagas, obra social, seguro de ART y desempleo, pensión por invalidez y jubilación.

Menores oportunidades para el ingreso, permanencia y ascenso en el empleo forman parte, también, de una injusta y pretérita carga de desigualdades que dificulta no sólo la vida pública sino el pleno desarrollo de la vida privada de las mujeres. Despejar tantos obstáculos forma parte de una verdadera e inmensa deuda cultural de la humanidad para con ellas.

 

igualdad de la mujer

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE