La filtración de chats que desató el “escándalo”

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La denuncia penal contra jueces, fiscales, funcionarios y empresarios de medios que ayer anticipó el presidente, Alberto Fernández, por cadena nacional, partió del presunto hackeo al celular del ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro. Una filtración de la que se hicieron eco tres medios (dos de ellos afines al Gobierno). De allí se desprende que los jueces federales Pablo Yadarola, Carlos Mahiques, Julián Ercolini y Pablo Cayssials habrían acordado mentir que ellos pagaron por su viaje en un avión privado el 13 de octubre a Bariloche, y por su alojamiento en Lago Escondido, la propiedad de Joe Lewis frente al lago. Como así también ocultar que fueron transportados en helicóptero al centro de esquí. Para ello, habrían pensado en conseguir facturas truchas y declarar unívocamente que desde Bariloche viajaron en camionetas a la estancia del empresario inglés, donde también habrían decidido simular que pagaron por alojamiento. Aunque en realidad habrían sido invitados por los directivos del Grupo Clarín, Pablo Casey y Jorge Rendo.

Siempre según lo revelado por estos medios, además de coordinar la versión de los hechos a contar, los involucrados muestran cierta inquietud por evitar que el viaje a lo de Lewis llegue a los medios y hasta se menciona a Julián Leunda, exejecutivo de C5N y actual asesor del Presidente que les habría prometido que la señal de noticias no tocaría el tema.

Además, se preocupan por la filtración del viaje a Lago Escondido. El juez Yadarola cree que el responsable fue el jefe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, José Glinksi, y hasta se leen palabras de tono amenazante contra él.

En un momento se plantea una coartada: la posibilidad de decir que todo se trató de una excursión de pesca, hasta que uno de los integrantes del chat advierte que todavía no se inauguró la temporada.

 

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