Zuqui, cada vez más Jefe, ya es el conductor esencial del León
Edición Impresa | 16 de Febrero de 2022 | 03:59

Por MARTÍN MENDINUETA
Con una victoria que cotiza en oro, Estudiantes disfruta el privilegio de tener puntaje ideal. Repleto de matices y tensionante hasta el último segundo, el partido que ganó anoche le otorga algunas certezas a tener en cuenta: Zuqui se ha convertido en patrón (el Corcho jugó flojo) y sus aportes ofensivos (gol de apertura, centro para la definición de Boselli y cambio de frente perfecto habilitando al Loco Díaz en la previa del tercer tanto), más todo lo que ordena y organiza cuando el equipo se dispone a defender, lo ratifican como una figura de enorme relieve.
El que volvió de Turquía y nadie sabía si iba a estar o no entre los predilectos del Ruso, ya es esencial. Corre, marca, presiona, maneja muy bien la pelota detenida, habla con el árbitro y encarna el rol de Jefe en la faceta anímica. Es un motor indispensable. Mucho más ahora, que Jorge Rodríguez no está teniendo la eficacia que supo mostrar.
En la previa de la llegada de Lanús se hablará de la falta de oficio del paraguayo Morel, que se “mandó en cana” solito cuando pegó estando amonestado, y de los cambios. Zielinski, con las variantes, envió muy temprano el claro mensaje de que su equipo se iba a refugiar atrás.
ESTABA TODO TRANQUILO Y BALIÑO, CURIOSAMENTE, SANCIONÓ EL PENAL
El partido parecía un banquete servido en bandeja de plata para que lo disfruten todos los Pinchas. Diez minutos iniciales espiando de qué se trataba la pulseada, Estudiantes bien parado en el mediocampo con Del Prete como volante por izquierda, y Huracán, aun sin Cristaldo, desnudando una llamativa colección de limitaciones ofensivas.
Cuando Fernando Zuqui, cada vez más Jefe y conductor, clavó el derechazo fuerte, bajo y cruzado, la sensación imperante fue nítida: El Pincha, sólo desplegando su libreto de equipo bien trabajado iba derechito hacia su segundo triunfo consecutivo.
Pero el árbitro, que minutos antes había amonestado a los dos técnicos, vio penal en un contacto para nada ampuloso ni violento de Noguera sobre Cóccaro y sancionó la falta que despertó al local.
Polémico y discutido, el fallo significó un estímulo formidable para Huracán, ya que Jhonatan Candia lo ejecutó de manera impecable.
BOSELLI, VIGENTE, EL SEÑOR DE LOS ALARIDOS QUE VALEN MUCHO
Como si tratara de un acto de justicia para reparar el error del juez, Mauro Boselli volvió a facturar un gol de enorme significación. Fue un martillazo doble: Para bajar el copete de la ilusión quemera y, en el mismo acto, para ratificar que el huésped tenía una serie de argumentos sólidos como para llevarse todo.
Ganando por dos goles, el León no tendría que haber sufrido con semejante estrés.
Entre tanta alegría tiene varias cosas por revisar. Decisiones propias ayudaron a crecer al rival. Eso no le puede pasar si quiere seguir bien arriba.
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