Jubiladas en peligro: en un barrio de Villa Elvira, 3 ataques feroces
Edición Impresa | 22 de Febrero de 2022 | 02:46

Un sector de Villa Elvira volvió a convertirse en las últimas horas en epicentro del delito con una modalidad que en la zona parece haberse puesto de moda. Una jubilada, cuya residencia se encuentra en 74 entre 4 y 5, fue sorprendida por delincuentes que operaron con violencia para sustraerle divisas estadounidenses y una suma en pesos. También otros elementos de valor.
Más allá de la saña con la que actuaron los ladrones, el caso generó una fuerte preocupación, ya que se trata del tercer episodio de similares características que tiene lugar en menos de dos meses y en un área que abarca menos de dos cuadras.
“Recuerdo que les dije ‘pueden llevarse lo que quieran de la casa. Pero a mi no me hagan nada’”
A diferencia de lo que suele ocurrir en los casos que tienen como víctimas a los adultos mayores, en los tres episodios que tuvieron lugar sobre calle 74 entre 3 y 5, los delincuentes optaron por actuar a plena luz del día.
El primero de los violentos episodios tuvo lugar el día 11 de diciembre cuando una mujer atacó de manera feroz a una jubilada de 91 años con la finalidad de robarle los ahorros. Acompañada de su pareja, la asaltante se presentó bien temprano en la vivienda de la víctima ubicada en 74 entre 3 y 4. Luego de tenderle una trampa, ambas personas lograron acceder a la vivienda y fue en ese momento que ejecutaron el ataque.
Dominga Arzuaga, la damnificada de ese terrible hecho, contó los detalles del brutal ataque que sufrió a manos de la pareja.
“Me pidieron el teléfono prestado por una urgencia, les abrí el portón y se metieron en mi casa. Luego cerraron la puerta y empezaron los golpes. Yo intenté defenderme. De hecho tuve un forcejeo con ella, pero me pegó en los brazos y me bloqueó. Qué más podía hacer yo. Después, cuando vieron que seguía media arisca, el tipo con el que andaba me metió una servilleta en la boca para que no gritara y me apretó del cuello”, expuso la mujer.
Reveló además que el botín que se llevaron estaba compuesto por dos jubilaciones, un dinero con el que planeaba “darse un gustito”.
Una semana después, el 18 de diciembre, los ladrones ejecutaron un nuevo golpe en la cuadra. En esta oportunidad, el blanco elegido fue la vivienda de una jubilada de 89 años ubicada en 4 y 74. En su momento, Elena había preferido no brindar detalles del terrible momento que había sufrido por temor a represalias. Pero ayer decidió romper el silencio y sacó a la luz los pormenores de una jornada que ella misma calificó como “para el olvido”.
“Estaba en mi sillón mirando televisión cuando de pronto vi entrar a dos jóvenes. Eran altos y delgados, recuerdo. Mi corazón empezó a latir con mucha fuerza por la abrupta aparición. Había sido un día de mucho calor y yo tenía abierta la puerta de la cocina. Claro, cuando los tipos se iban acercando hacia mi me imaginé toda la secuencia. Saltaron el paredón, avanzaron por un pasillo y cuando vieron la puerta abierta no lo dudaron”, señaló.
“Recuerdo que me paré y les dije ‘Pueden llevarse lo que quieran de la casa. Pero a mi no me hagan nada’. Suelo ver en la tela y en el diario que los jubilados terminan muy estropeados después de los asaltos. No tienen piedad los ladrones. Como no quería terminar así les indiqué donde estaban mis ahorros y las cosas de valor que tenía. Se llevaron un reloj de marca, mi alianza de compromiso. Uno de los muchachos atinó a agarrarme la mano para sacarme el anillo de casada, pero me negué y no insistió más”, añadió.
Cuando habían concluido la tarea, los asaltantes intentaron romper una ventana para abandonar el lugar, pero fue la propia jubilada quien les abrió la puerta y “los invitó” a retirarse por allí.
Ayer se volvió a repetir la situación a 80 metros de la casa de Elena.
Esta vez, quien quedó a merced de los delincuentes fue Josefa. Bajo amenazas, ladrones que ingresaron a su propiedad, ubicada en 74 casi esquina 5, le sacaron un total de 500 dólares y 10 mil pesos.
Este diario intentó dialogar con ella pero, según explicó un familiar, no se encontraba en condiciones de rememorar la amarga situación que le tocó vivir. “Lo único que te puedo decir es que ahora está bien, pero la pasó muy mal”, expresó el allegado.
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