Tiempos violentos: tres detenidos y una situación preocupante
Edición Impresa | 26 de Febrero de 2022 | 03:26

En el micromundo de la “calle”, y con un conflicto bélico que podría involucrar a varios países del Globo como referencia externa, la semana que está por terminar se caracterizó por exponer sin filtros la violencia cotidiana que se vive en la Región. Ambas situaciones no están relacionadas de manera directa entre sí, pero la mención no es antojadiza: la agresión desmedida como forma de resolver un conflicto, se potenció durante el lapso de encierro producto de la cuarentena.
En los primeros meses de aislamiento, en Argentina (y en muchas otras naciones) se triplicaron los casos de violencia doméstica. El Banco Interamericano de Desarrollo publicó en esa línea dos estudios que vinculan ambas aristas. Y concluyó que las llamadas a los números de emergencia aumentaron en casi un 30 por ciento, en mayor medida por episodios de violencia de género.
A la par, los hechos de violencia institucional también crecieron. Entre marzo y agosto de 2020 se denunciaron 531 casos. Hubo, además 92 muertes a manos de las fuerzas de seguridad en ese período. Los expertos señalan que el confinamiento “en algunos casos hizo duplicar los episodios de violencia intrafamiliar”. Y apuntan a la falta de prevención y de medidas para controlar a quienes ya poseían antecedentes por esa causa. En la Región, esa realidad se observó a menudo, con las fiscalías atendiendo varios casos a diario.
El confinamiento “en algunos casos hizo duplicar los episodios de violencia intrafamiliar”
Con todo, la apertura no modificó mucho esta realidad que parece haberse implantado con firmeza. En el interior de los hogares continuaron las agresiones, que además se trasladaron a la vía pública.
Lo narrado se encuadra en un contexto social general, en el que la violencia extrema “de la calle” se coloca como una lectura cada vez más frecuente. Basta recordar tres sucesos: en Los Talas (156 entre 26 y 27), donde dos hermanos resultaron heridos de arma blanca tras una gresca vecinal; en Ringuelet (526 entre 132 y 133), con un aprehendido por atacar con un machete a otras personas; y en Barrio Aeropuerto (118 y 60), cuando un frentista quiso detener una pelea y recibió una puñalada.
Aún en casos sin final trágico, como los ocurridos en las últimas horas en La Plata, la situación amerita un análisis profundo de las autoridades. Entre la tarde y la noche del jueves, tres incidentes funcionan como ejemplo de lo antedicho. Ninguno con lesiones físicas graves.
El primero tuvo lugar en Altos de San Lorenzo, donde una pareja comenzó un intercambio verbal que terminó con los dos en la comisaría Octava. Ambos (él de 32 años y ella de 30) estaban en 88 entre 17 y 18 y testigos aseguraron que los vieron discutir cada vez más acaloradamente. Hasta que el hombre la tomó del pelo y de los brazos y la zamarreó con vehemencia ante la mirada atónita de algunos transeúntes. La Policía intervino en minutos y el sujeto le abrieron una causa por “lesiones”.
Las peleas a la salida de los bares sobre diagonal 74 son parte del mismo problema
Poco después, cerca de las 16 horas, un repartidor de Pedidos Ya se enfrentó con un automovilista en Ringuelet a causa de un altercado por el tránsito. La intervención de personal de la comisaría Sexta impidió que la trifulca pasara a mayores y terminara mal. Todo comenzó con un “tumulto” de gente en 9 y 520 que llamó la atención de un móvil de la seccional. Los agentes se acercaron a la escena justo cuando uno de los presentes golpeaba con una varilla de metal la cabeza de un joven. Luego de separar a los contendientes y aprehender al agresor, los uniformados se entrevistaron con los protagonistas y los testigos que habían presenciado la pelea.
En base a esos testimonios pudieron reconstruir que el lance empezó en 12 y 517, cuando el delivery rompió con su moto el espejo retrovisor de un Chevrolet Corsa y no frenó. El dueño del auto lo siguió y “le hizo señas para que se detuviera”, explicaron. Como no lo consiguió, lo tocó con el paragolpes e hizo que el repartidor cayera al piso. Éste se levantó enseguida y atacó con un fierro al vehículo y a su dueño. Finalmente fue detenido por “lesiones y daños”.
El último episodio ocurrió por la noche en La Loma, cerca de las 22 horas, donde un violento de 30 años terminó tras las rejas por insultar a los comerciantes de la zona e intentar trompear a dos uniformadas que habían acudido al lugar tras un llamado al 911. Según fuentes oficiales, el sujeto “tiró patadas y piñas” a las policías que le habían pedido que se retirara de la cuadra de 38 y 26, donde minutos antes se había paseado a los gritos.
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