Martínez y Fort: una historia de amor, dos finales trágicos y una interna feroz
Edición Impresa | 27 de Febrero de 2022 | 04:33

Nadie sabrá nunca qué pasó por la cabeza de Gustavo Martínez antes de lanzarse al vacío. ¿Fue un incipiente Alzheimer lo que lo llevó a tomar la trágica decisión? ¿Era la inminente mayoría de edad de Felipe y Martita Fort, el fin de su tutela, la incertidumbre económica? ¿Lo dejaron solo, en medio de la siempre feroz interna de los chocolateros? Especulaciones sobrarán por siempre. Pero no deja de ser el segundo final trágico para la historia de amor entre Ricardo Fort y Gustavo Martínez. Y una muerte que destapa las oscuras internas del clan, una vez más.
De hecho, una de las razones por la que los hermanos de Ricardo detestaban su vocación mediática es que ventilaba los problemas de dinero y la frialdad en el seno del imperio chocolatero. Como cuando contó que su padre, Carlos, murió teniendo relaciones con otra mujer.
Fort quería vender el 16% de sus acciones, pero sus hermanos no tenían el dinero suficiente
“El desaparece cuatro días, nadie sabía dónde estaba. No había rastros de él, no había llamadas. Pensamos que era un secuestro, pero no había señales de nada. Buscamos por todos lados y lo encuentran en la morgue”, continuó. Y ahondó: “Se ve que cuando veía a esta persona dejaba el auto en el estacionamiento, se cambiaba de ropa más sencilla, sin documentos y sin nada”.
“Mi mamá se enteró en ese momento. Mi padre, para ocultar su identidad ante esta persona, se hacía llamar Ricardo; esto está en el expediente. Me golpeó mucho, porque podría haber elegido cualquier nombre”, aseguró el empresario.
Por supuesto, la familia se inflamó ante semejante revelación de la intimidad fortiana. Sin embargo, Ricardo siempre recordaba que a la hora de ir a la morgue en 2007, tras la muerte de su padre, fue el único que se acercó a reconocer el cuerpo.
Aquel día fue también una bisagra para Fort. “Cuando mi padre falleció, heredé 8.750 dólares y empecé a hacer mi vida. Empecé a hacer lo que quise hacer siempre, que era producir obras”, comentó alguna vez el chocolatero.
No quería saber nada con la fábrica ni con su familia. Ricardo se encargó de hablar siempre mal de su padre y sus hermanos. “Nunca le pedí afecto a mi padre, porque lo tenía de mi madre. Nunca me echó, yo me fui solo y el día que lo hice, le dije a mi padre ‘no sé cuándo te voy a volver a ver’. Él me dijo ‘el día que encuentres tu camino, vas a volver’. Volví, me puse a laburar en la fábrica después y fui jefe de desarrollo de productos nuevos; pero no era lo mío, lo mío era cantar”, explicó Fort para describir el vínculo que lo unía a su papá, que aunque le tenía aprecio, lo cierto es que el hombre nunca pudo aceptar las decisiones de vida que eligió Ricardo.
Decidido a perseguir su vocación artística, en 2007, Ricardo inició su camino con esa herencia y años más tarde, cerca de su propia muerte, ya tenía decidido vender el 16% de las acciones de FelFort que le correspondían. La empresa no le interesaba en absoluto. No pudo hacerlo: llegó a contar que sus hermanos no tenían el dinero suficiente para comprar su parte, pero tampoco le permitían que alguien ajeno a la familia ingresara al negocio.
“Mi relación con mis hermanos (Eduardo y Jorge Fort) es nada. Los veo solamente cuando tenemos una reunión en la fábrica. Pero siempre con abogados”, decía en aquellos días. Es curiosa al menos la aparición, tras la muerte de Martínez, de Eduardo, como protector de Martita y Felipe, los hijos de Fort nacidos hace 18 años a través de la subrogación de vientre.
Gustavo Martínez era el tutor de los chicos, y aunque tras su muerte lo razonable era que Marisa, su niñera, asumiera ese rol por los días restantes, hasta la mayoría de edad alcanzada por los chicos el viernes, el papel recayó en el abogado de la familia, César Carozza, hombre de Eduardo. Muchos sospechan que allí no hubo una decisión amorosa y contenedora, sino simplemente fiscal.
Desde las sombras, Eduardo había chocado con Martínez, como siempre, por dinero. Hace 5 años esa interna tomó, temporalmente, carácter público: la familia acusó al tutor de robarse dinero de los chicos, y Martínez dijo que la familia se estaba quedando con un dinero que le pertenece a los hijos de Ricardo.
“Había una suma de dinero que siempre repartían entre los herederos, incluido Ricardo. Pero desde que falleció, ese dinero desapareció. Pasaron dos o tres años y les dije: ‘¿Están pasando esa suma a la cuenta de los chicos?’. No me respondieron nada”, tiró Martínez.
El mismo silencio pareció hacer la familia a la hora del entierro del tutor, cuando llegó la hora de pagar la cuenta. Públicamente, los Fort dijeron que se harían cargo de todo, pero el sobrino de Gustavo denunció que durante días no le respondieron los llamados. La cuestión se solucionó, como suele ocurrir, cuando tomó estado público.
Hubo líos de dinero hasta con el entierro de Gustavo Martínez, según la familia del tutor
Mientras tanto, Felipe y Martita criticaban la decisión de Gustavo, desatando otro foco en la interna: ¿Martínez tenía ataques de furia? ¿Estaba deprimido? ¿Estaba enfermo? ¿Lo dejaron morir? Las personas cercanas a los chicos dicen que las manifestaciones en redes de Felipe y Martita sobre su tutor fueron simplemente fruto del dolor; la familia de Martínez habló de “ingratitud” de los chicos, y deslizó que podría haberles envenenado la oreja Eduardo, también apuntado por Virginia Gallardo, ex de Ricardo.
Gallardo explicó que, como ocurriera con Martínez cuando era pareja de Fort, ella fue víctima sistemáticamente de los graves maltratos de la poderosa familia, pero principalmente del hermano de Ricardo. Eduardo Fort, quien tomó un papel preponderante en la actualidad, se convirtió en blanco de la artista.
“Realmente es cruel ese mundo y cómo se manejan”, disparó la blonda, y contó que esa vieja enemistad resurgió ahora porque ella no quiso prestar su material sin publicar para la serie biográfica de Ricardo Fort, que está en camino. Toda una paradoja: la familia que resentía a Fort por la forma en que volvía públicas sus internas, ahora no duda en lucrar con una serie sobre su vida, tras su muerte…
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