Con nuevo esquema táctico, el Pincha mejoró lo de Rancagua

El sistema le vino bárbaro a Muñoz, pero se nota que le faltan horas de ensayo. Una gran definición de Pellegrini lo acerca a la fase de grupos

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Martín Mendinueta

@firmamendinueta

Tomando enorme y saludable distancia de lo poco que había hecho en Rancagua, Estudiantes pasó por la coqueta Viña del Mar siendo fiel a la identidad que lo distingue como equipo duro. Con nuevo esquema táctico, lo que permitió hacerle lugar entre los titulares a Ezequiel Muñoz, y algunos rasgos inconfundibles como el juego directo, el León del Ruso facturó un negocio muy prometedor.

Acosado en la previa por el COVID que no quiere irse, y decidido a defender con un sistema de tres defensores puros, el Pincha superó con holgura aquella triste producción ante Audax Italiano.

Sin haber sido una buena noche de los atacantes, más algunos desacoples a la hora de protegerse por la banda izquierda (Everton generó peligro aprovechando espacios a la espalda de Lattanzio), el partido le presentó opciones claras como para volverse con los tres puntos.

Ajustando el funcionamiento por los laterales y resolviendo con eficacia la ausencia segura del Loco Díaz (por haber acumulado tres amonestaciones), tendrá la revancha servida para sellar su ingreso a la instancia de grupos del torneo que más le gusta jugar.

la opinión es unánime: Muñoz no debiera salir del equipo titular

Cuando en la previa del match se conoció que Zielinski había resuelto modificar la manera de defender, la variante generó buenas expectativas. El hecho puntual de incluir entre los once a Ezequiel Muñoz pareció un acto sensato, justo y apropiado por lo que había mostrado y, también, por algunas fallas que venían alternando Noguera y Rogel.

Esa línea de tres promete eficacia, aunque para lograr el nivel pretendido necesitará que quienes recorran las bandas, especialmente la izquierda, lo hagan con mayor eficacia en el retroceso.

pellegrini está volviendo a ser determinante y a gritar goles

Como premio al interesante primer tiempo que jugó ante Vélez, sacando la cara en un ataque alejado del ideal, el rubio de Magdalena se dio el gustazo de ser el artillero a orillas del Pacífico.

Le costó un tiempo, pero Pellegrini está regresando a un nivel que lo ubica entre los jugadores que pueden aportar soluciones ofensivas. Hoy está mejor que Castro y, siendo diferente a los tres delanteros habituales, porque arranca desde más atrás, se lo advierte encendido a la hora de pisar el área rival.

Valiéndose de un plantel largo y de un reglamento que permite muchos cambios (deben darse cuenta de que son demasiados), Estudiantes saca provecho en la rotación.

Primero en su grupo en la liga local y perfilado como favorito para seguir escribiendo páginas en la Libertadores, deberá dosificar energías, eludir castigos disciplinarios y aprovechar la actualidad de los que cosechan elogios entre sus hinchas.

Muñoz está para seguir. Pellegrini, también. Deberá definir quien marque por izquierda.

 

Vivirá diez días con el corazón agitado. Boca, Everton y el clásico harán que su gente le pida más...

 

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