Enfermedades reemergentes: ante un escenario que activa las alarmas
Edición Impresa | 13 de Marzo de 2022 | 02:54

El último caso de poliomielitis en la Argentina se produjo en 1984. Latinoamérica reportó la enfermedad por última vez en Perú en 1991, y en 1994, tras un proceso de documentación y verificación, toda la Región de las Américas fue certificada como libre de circulación de poliovirus salvaje. Pero las cosas cambiaron y el escenario de hoy genera preocupación. La pandemia por el coronavirus, que impulsó a la baja los niveles de vacunación en todo el planeta, es el principal motivo de ese cambio. Aunque las alarmas se encendieron en las últimas semanas cuando nuevos casos de poliomielitis se diagnosticaron en un chico sin vacunar en Israel (donde no se registraba un caso desde hace más de 30 años) y en Malawi (África), también declarado libre de la enfermedad.
El coronavirus ya demostró la velocidad con que los microoganismos se mueven en un mundo interconectado como el actual. A la luz de ese dato, hasta la guerra entre Rusia y Ucrania y las grandes movilizaciones de refugiados asociadas a ella vienen a complicar un escenario sanitario que genera inquietud en los especialistas.
Desde la Sociedad Argentina de Pediatría advierten que la Argentina atraviesa actualmente un escenario de bajas coberturas en la vacunación de calendario, sobre todo para chicos menores de un año y que en ese marco aumenta el riesgo de reemergencia, brotes o reintroducción de enfermedades ya eliminadas en nuestro país.
La lista excede ampliamente a la poliomielitis e incluye a otras como el tétanos neonatal, el sarampión, la rubéola y el síndrome de rubéola congénita, así como el riesgo de aumento de los casos de enfermedades controladas producto de la vacunación masiva como la hepatitis A, enfermedades invasivas por haemophilus influenzae tipo b, tos convulsa, difteria y tétanos, según indicaron a este diario desde la mencionada entidad.
En todos los casos, la recuperación de los niveles históricos de vacunación aparece como la meta a lograr para una prevención eficaz, junto a un efectivo control de los potenciales casos sospechosos.
En nuestra Región, en particular, esos niveles de vacunación de calendario, que habían caído notoriamente durante lo más duro de la pandemia hasta alcanzar el piso del 25% de cobertura, están en plena recuperación y se trabaja a través de campañas en el terreno para que alcancen más rápidamente sus niveles históricos, según le indicó a este diario Claudio Cardoso, director de la Región Sanitaria XI, que incluye a La Plata (ver aparte).
Un llamado de atención
El resurgimiento de casos de poliomielitis en dos países donde la enfermedad no se registraba desde hace años encendió luces de alarma en los últimos días en todo el mundo.
La poliomielitis es una enfermedad altamente infecciosa causada por el virus de la polio o poliovirus que se transmite principalmente a través del contacto con heces infectadas y puede afectar al sistema nervioso, causando parálisis en las piernas o los brazos.
El primero de los casos que reactivó las preocupaciones se dio en Malawi, en el sureste de África, donde a fines de febrero se reportó un brote de poliovirus salvaje tipo 1 a partir del caso de un niño de la capital, Lilongwe.
África había sido declarada libre de poliomielitis salvaje autóctona en agosto del 2020, después de eliminar todas las formas de poliomielitis salvaje de la región. El caso del niño de Malawi fue el primero de poliovirus salvaje desde 1992.
Según las investigaciones que siguieron al reporte, el caso fue importado de Pakistán, uno de los dos países -junto a Afganistán- donde la poliomielitis es endémica, por lo cual la certificación de “libre de poliovirus” no se vio afectada en África.
Con todo, desde la Organización Panamericana de la Salud se advirtió que “el reciente caso de poliovirus salvaje en África es un recordatorio de que cuando el virus sigue circulando, los niños de todo el mundo están en riesgo”.
Tan sólo unos pocos días después se reportó un nuevo caso de poliomielitis en Israel, país que no registraba contagios desde hace más de 30 años
El caso reportado correspondió a un chico de 4 años que no había sido vacunado contra la enfermedad y constituyó el primer en su tipo confirmado desde 1989 en ese país (ver aparte).
Pronto otro elemento más cercano se sumó a las señales de preocupación, cuando la Organización Panamericana de la Salud (OPS) pidió a los países de las Américas redoblar esfuerzos para vacunar a los niños contra la poliomielitis y evitar así que vuelva a activarse casi tres décadas después de ser erradicada y ante el “riesgo real” de su reintroducción al continente.
Según el comunicado de la OPS, dado a conocer a fines de febrero, la tasa de vacunación contra la poliomielitis con las tres dosis fue del 82% en 2020, la más baja desde 1994, cuando se certificó que el continente estaba libre de la enfermedad.
“La amenaza de la reintroducción de la poliomielitis en la región es real”, afirmó Andrés de Francisco, director de Familia y Promoción de la Salud de la OPS. “No podemos retroceder. Evitar casos de polio depende de tener una población infantil altamente vacunada y una fuerte vigilancia de la enfermedad”, agregó.
En 2020 hubo una baja promedio de 10 puntos en las coberturas de vacunación en el país
En 1975, antes de la inmunización generalizada, casi 6.000 niños quedaron paralizados en la región debido a la enfermedad.
Si las coberturas de vacunación no son superiores al 95% en cada municipio, la polio puede volver. En 2020, 12 países dieron cuenta de coberturas inferiores al 80% para la tercera dosis de la vacuna.
En medio de la pandemia por covid-19, muchos esfuerzos de control se suspendieron y se estima que las tasas de vacunación siguieron disminuyendo en todo el mundo, una tendencia que comenzó incluso antes, indican desde la OPS.
La situación en el país
Pero, ¿cuál es la magnitud del riesgo de reemergencia de esa y otras enfermedades para nuestro país y nuestra Región?
Consultada por este diario, María Florencia Lución, presidente de la subcomisión de epidemiología de la Sociedad Argentina de Pediatría, advirtió sobre un aumento del riesgo de reemergencia de la poliomielitis y otras enfermedades en un escenario signado por el descenso de la vacunación también en la Argentina.
“La pandemia por COVID-19 tuvo un gran impacto sobre las coberturas de vacunación en todos los grupos de edad, especialmente en los menores de un año”, indicó Lución, quien agregó que “según datos oficiales, en 2020 se registró un descenso promedio de 10 puntos en las coberturas nacionales de vacunación de todas las vacunas respecto al promedio del periodo 2015-2019. Si bien las coberturas de vacunación se consideran óptimas cuando son superiores al 95%, en 2020 ninguna vacuna del calendario nacional ha superado el 80%”.
En este escenario de bajas coberturas, dice la especialista, “aumenta el riesgo de reemergencia, brotes o reintroducción de enfermedades ya eliminadas en nuestro país, como la poliomielitis, tétanos neonatal, sarampión, rubéola y síndrome de rubéola congénita, así como el riesgo de aumento de casos de las enfermedades controladas producto de la vacunación masiva, como la hepatitis A, enfermedades invasivas por Haemophilus influenzae tipo b (Hib) tos convulsa, difteria y tétanos”.
“La vacunación y medidas de control ante un caso sospechoso, son vitales en la prevención”
La poliomielitis es una enfermedad muy contagiosa que afecta principalmente a niños menores de 5 años, genera discapacidad severa y es prevenible por vacunas. Actualmente, esta enfermedad se encuentra en la fase final de su proceso de erradicación, agregó la experta.
Sostuvo , además que, desde junio de 2020, el Calendario Nacional de Vacunación de Argentina cuenta con un nuevo esquema de vacunación antipoliomielítica que utiliza únicamente vacuna inactivada inyectable y contempla tres dosis aplicadas en el primer año de vida (2, 4 y 6 meses) y un refuerzo al ingreso escolar. Además, se recomienda que los viajeros reciban 1 dosis de vacuna antipoliomielítica antes de realizar un viaje hacia los países en riesgo.
Lución concluye sosteniendo que “la existencia de poliomielitis salvaje en otros países del mundo con el potencial riesgo de reintroducción, nos obliga a mantener altas coberturas de vacunación anti poliomielítica en la población para prevenir su ingreso al país. Además es fundamental actuar rápidamente ante un caso sospechoso para tomar las medidas de control en forma precoz y eventualmente evitar su diseminación”.
En 2018, la Organización Mundial de la Salud consideraba que la poliomielitis estaba a punto de convertirse en la segunda enfermedad erradicada del planeta -luego de la viruela- y la primera del siglo XXI.
En los últimos días, el organismo internacional y sus oficinas regionales llamaron a los países a fortalecer sus sistema de monitoreo epidemiológico y genómino para detectar y responder rápido a a la aparición de brotes y nuevas variantes del virus del COVID, pero también de casos de sarampión y polio, entre otras infecciones bajo vigilancia.
En ese sentido, a principios de este año, la a Organización Panamericana de la Salud (OPS) advertía que los niños que viven en el continente americano “se enfrentan a otro peligro aparte del coronavirus y es la caída de los niveles de vacunación” para prevenir otras enfermedades como el sarampión o la difteria.
La agencia sanitaria regional dijo que “las consecuencias de esa baja ya se notaban es la aparición de brotes de enfermedades que durante años habían estado bajo control: un brote de sarampión en Brasil y la transmisión de la difteria, una enfermedad que amenaza el crecimiento y el desarrollo de los niños, en Haití y la República Dominicana”.
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