“Estoy presa en mi casa”, el drama de una mujer en silla de ruedas que no puede salir por el mal estado de las calles

Patricia Rosas tiene 58 años y vive un drama en su propia casa. Por un accidente que tuvo hace unos años, tuvo que recurrir a una silla de ruedas para movilizarse pero las calles del barrio están en pésimo estado, con barro, falta de pavimentación y sin rampa para que pueda cruzar. 

Patricia vive en 127 entre 90 y 91, Berisso, y solo puede recurrir a la ayuda de sus vecinos para realizar tareas de vital importancia como comprar comida y víveres, entre otros. Sumado a esto, hace dos meses que no tiene una gota de agua y solo logra bañarse llenando baldes con una manguera. 

Esta mujer platense de 58 años trabaja ad honoren en un grupo llamado “PNC por Discapacidad - Somos personas No Números” y estudia pero este año no pudo empezar ya que no puede salir de su casa. El barro, la falta de medidas para personas con capacidad reducida y la nula ayuda de la delegación del barrio la dejan sin la posibilidad de aprender. 

“Estoy presa en mi casa”, describe Patricia con angustia en su voz. En medio del drama por no poder salir, tuvo coronavirus y quedó sin fuerza muscular para moverse. Su ortopedista ya no le permite usar el bastón para caminar por sus propios medios, por lo que la silla de ruedas es su única salida.

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