Guillermo Martínez: un malentendido llamado literatura
Edición Impresa | 6 de Marzo de 2022 | 06:25

En su nueva novela, “La última vez”, Guillermo Martínez construye una intriga literaria en la cual se teje un misterio vinculado a los malentendidos de la literatura, en particular a la distancia entre lo que el escritor cree que hace y lo que piensan el agente literario, el editor, los críticos o los lectores: “La ficción es como el acto de un ilusionista, donde lo crucial es lo que ocurre por ‘delante’, en la lectura; siempre el truco detrás de bambalinas será irrisorio, prosaico”, dice.
La obra, recién publicada por Planeta, transcurre a principios de los 90 en el post boom y, entre otros personajes, hay una agente literaria que recuerda a la legendaria Carmen Balcells. “La última vez” está relacionada con una nouvelle de Henry James titulada “La próxima vez”, aunque en clave contemporánea. Un escritor argentino recluido en Barcelona tiene una enfermedad terminal degenerativa y está escribiendo una última novela y como presiente que no llegará a verla publicada convoca a su último lector.
“La ficción es como el acto de un ilusionista –dice Martínez-, lo crucial es lo que ocurre ‘por delante’ en la lectura; siempre el truco detrás de bambalinas será irrisorio, prosaico. Dicho esto, en el caso de esta novela la intriga principal es descubrir la clave en la obra de un autor, si la hay. Eso naturalmente puede llevar a leer las pistas de varias maneras y a teorías más o menos delirantes, tal como ocurre con la elección del posible asesino en la lectura de un relato policial. Y estaría bien: quise escribir una novela sobre la escena literaria que tuviera los elementos de suspenso e incertidumbre del género policial”.
Martínez nació en Bahía Blanca en 1962. Ganó numerosos premios internacionales y es uno de los escritores vivos más traducido en el mundo. Entre sus obras se destacan su primera novela “Acerca de Roderer”, “Crímenes imperceptibles” -llevada al cine por Alex de la Iglesia- y “Los crímenes de Alicia”. La lectura en clave, la matriz del policial y una cuidada escritura reaparecen en esta nueva novela.
“Todo escritor padece el malentendido del lector”, dice el autor, para quien ese es, precisamente, el tema de fondo de la novela. “¿La literatura es, fatalmente, malentendido? ¿O habría formas de leer más apegadas al propósito y las claves del escritor? ¿Se puede inferir a partir de lo escrito la tormenta cerebral de intenciones que animaba al autor? Es la diferencia, digamos, entre la idea de Umberto Eco de obra abierta, de ‘apropiación’ del lector, y la idea de Edward Said (o de Susan Sontag) de precisar y jerarquizar entre distintas interpretaciones. Esta es una de las formas de un problema filosófico más amplio, planteado por Wittgenstein, sobre qué significa seguir una regla, que reaparece en muchos otros contextos y que persigo de novela en novela: en la cuestión de las posibles continuaciones de una serie lógica (la serie de crímenes en “Crímenes imperceptibles”); en el dilema del “verdadero” significado de una palabra en un idioma extranjero o alienígena (la palabra “Gavagai” en “Los crímenes de Alicia”); y en general en la distancia entre lo sintáctico, el texto escrito como sucesión de símbolos, y las posibles interpretaciones (como en “Pierre Menard, autor del Quijote”, de Borges)”.
Editorial: Planeta
Páginas: 224
Precio: $ 1900
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE