Toki Calfucurá: reclamarán al Museo la restitución de dos ancestros

Los restos fueron rotulados como “Cráneos Nº 134 y Nº 135 de la Tribu de Namuncurá” y pertenecen a una colección que contiene 300, correspondientes a hombres y mujeres

Edición Impresa

Representantes de la Comunidad Mapuche de San Ignacio, en Neuquén, se reunirán con autoridades del Museo de La Plata para reclamar que se concrete la restitución de dos ancestros de Toki Calfucurá que integran las colecciones de esa institución y cuya devolución ya fue aprobada por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) el año pasado.

“En la comunidad aguardamos con cierta ansiedad la llegada de quienes fueran separados violentamente de sus familias. Queremos que se siga avanzando en las restituciones, es una gran muestra de respeto y humanidad”, expresó Gustavo Namuncurá, capitán cona (guerrero) de la Comunidad Mapuche de San Ignacio.

El representante tiene previsto llegar a La Plata el 19 de abril, Día del Aborigen Americano, para de esa manera solicitar reunirse con las autoridades de la facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata, y reclamar que se ponga fecha a la restitución de los dos ancestros a su comunidad.

De esta colección, hay que decir, ya se han restituido a los individuos catalogados y rotulados con los Nº 292 “Mariano Rosas” en 2001; con los cráneos Nº 309 de Manuel Guerra, Nº 317 de Gherenal, Nº 333 de Indio Brujo y el Nº 337 de Gervacio Chipitruz restituidos al lonko Lorenzo Pincén en el año 2016.

También se restituyeron los cráneos de la Tribu Catriel con el Nº 136 a Nº 141 en 2017, al lonko Domingo Catriel de la Comunidad General de Las Pampas Cipriano Catriel. En esa colección está también el cráneo Nº 241, del Toki Calfucurá esperando su restitución desde el año 2001.

El antropólogo del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) Fernando Miguel Pepe confirmó esta semana que “desde la comunidad están reclamando que se concluyan los tiempos burocráticos, que con la pandemia se fueron estirando mucho, lo cual es muy comprensible. Desde el 17 de octubre de 2019 que realizamos la restitución del Qom Polvareda a Santa Fe desde el museo platense no se pudo coordinar otra restitución con esta institución, por eso están viajando desde la comunidad desde Neuquén a La Plata”.

Además, el antropólogo adelantó que “seguramente nos reuniremos con ellos y la presidenta del INAI, Magdalena Odarda para coordinar bien cómo seguir, aunque esperamos que las nuevas autoridades de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo asuman y todo se normalice”.

MÁS RESTITUCIONES

A todo esto, representantes del Estado Plurinacional de Bolivia visitaron ayer nuestra ciudad para observar y coordinar los detalles finales de la restitución de un grupo de momias sagradas que integran las colecciones del Museo local.

Pepe explicó que el INAI aprobó el año pasado la restitución de los restos sagrados y ancestrales a Tiawanaco y que “para el INAI es muy importante avanzar con estas restituciones a comunidades de países hermanos. Desde el museo platense ya realizamos la restitución de la Niña Damiana a las comunidades del pueblo Aché del Paraguay, estamos en vísperas de la restitución a Chile del joven Yagán Maish Kensis muerto en el Museo de La Plata en 1894, y ahora se da este paso hacia la hermana Bolivia. Este es un tremendo logro de las comunidades reclamantes. Estamos en el camino de la reparación y eso nos fortalece”.

En el 2005 la comunidad Mink´akuy Tawantisuyupag impulsó el reclamo de la restitución de estas momias, y a lo largo de estos años se fueron sumando otras comunidades tanto de Argentina como de Bolivia lo que sumado a la predisposición de las autoridades del Museo de La Plata ha abierto las puertas a la que será según afirman en esa unidad académica “la restitución más importante de la historia del museo platense”.

En octubre último, frente al Museo platense se realizó una ceremonia sagrada a cargo del amauta Wari Rimachi donde, además de visibilizar este reclamo, se le impuso un nombre propio a una de las momias pedidas, para que ese resto humano deje de ser considerado un “objeto de colección”.

Según explicaron las comunidades en esa oportunidad, las mujeres sabias tuvieron una visión que les permitió conocer el nombre que debía llevar esa momia: Nayra (ojo sagrado), por lo que los restos de esa mujer dejó de llevar el nombre que exhibió en las vitrinas del museo hasta el 2006, cuando un cartel advertía que se trataba de una “Momia de la cultura Tiawanaco”.

“Para nosotros es un familiar, dentro de los linajes andinos, y era necesario darle un nombre para que podamos mencionarla en los ceremoniales”, explicó en esa oportunidad Mama Kantuta Killa, del pueblo Quechua, que organizó la emotiva ceremonia realizada ese mediodía frente al Museo platense, donde Nayra Qori Ñawi aguarda ser devuelta a su pueblo.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE