También debieran detectar a los “banquineros” que van por el Centenario

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Si bien la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) informó que fueron detectados 90 conductores circulando por la banquina durante los operativos realizados el último fin de semana largo en las rutas nacionales 2 y 11, quienes deberán afrontar multas que pueden llegar hasta los 12.000 pesos, cabría adelantar que quienes realizan esas peligrosas maniobras -conocidos como “banquineros”- también abundan en algunos de los principales accesos y calles de nuestra zona.

Según el organismo vial dependiente del ministerio de Transporte, la detección de las infracciones por circular en las banquinas de las rutas atlánticas fue producto de operativos en nueve puntos fijos de control, así como drones, motos, cámaras móviles y patrullas.

El director de la agencia consideró que fue “exitoso” el operativo y enfatizó que “fueron pocos los conductores que no cumplieron las normas”. Añadió que “esto demuestra que el control salva vidas y previene avivadas, y aquellos que así no lo entendieron recibirán la sanción que les corresponde”.

Correspondería advertir que en los principales caminos de acceso a la Ciudad, sobre todo en el Centenario, los “banquineros” hacen de las suyas especialmente en los lugares en donde funcionan semáforos. Y que por consiguiente las autoridades provinciales y municipales con incumbencia deberían actuar para impedir esas infracciones.

Así se puede ver a en las intersecciones de las calles 466, Cantilo, Güemes, Lacroze, en las 501, 503, 505, 508 y 511, en donde la más extensa secuencia de las señales luminosas hace que se formen largas colas en los carriles habilitados, de modo que los impacientes no trepidan en avanzar por la banquina derecha, originándose al llegar a las transversales peligrosos embotellamientos entre los “banquineros” que pretenden retornar a los carriles habilitados y quienes cumplieron con la ley y no dejaron de transitar por ellos.

Lo que buscan los “banquineros”, claro, es ganar tiempo, más allá de que en esas “avivadas” ponen en peligro a los demás conductores y, fundamentalmente, a ciclistas y peatones. Las autoridades a cargo de la seguridad vial podrían colocar inspectores en esas esquinas para fiscalizar y, llegado el caso, labrarles actas de infracción a los que incumplen con las leyes del tránsito.

Sobrepasar por la derecha y por una franja no habilitada para circular constituye una grave transgresión.

De tal modo que los operativos de fiscalización de esta infracción no debieran limitarse a las rutas atlánticas, sino hacerse habituales en las rutas y calles cercanas a la Ciudad, hasta que los conductores tomen conciencia de que pueden ser sancionados con gravosas multas.

Desde luego que este tipo de problemas no existiría si se promoviera desde el Estado una profunda política educativa, con el concurso esencial que podrían brindar las escuelas primarias y secundarias –en las que debiera existir una materia dedicada al tránsito-, sin perjuicio de la promoción de campañas públicas masivas y persistentes, destinadas a inculcar principios que hacen a la mejor convivencia, al mejor uso de los espacios públicos y al respeto por la vida propia y la de los demás.

 

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