Incómodo y siempre superado en el juego, perdió con justicia

Argentinos fue siempre fiel a su identidad y allí marcó una clara diferencia. El León esta vez no tuvo los argumentos como para poder imponerse

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Martín Mendinueta

@firmamendinueta

Todavía impactado por no haber podido ser bravo como en los últimos tiempos, Estudiantes terminó eliminado con justicia por un rival que jugó mejor.

En una noche errática, sin brillos individuales ni solidez colectiva, jugando en su casa se lo notó incómodo. A pesar de haberse ido al descanso en ventaja, el Ruso siempre advirtió con nitidez que a sus dirigidos todo les costaba bastante. En cada faceta del juego Argentinos lució fiel a la marcada identidad que ha sabido imprimirle su director técnico. El mismo Gabriel Milito que jamás terminó de conquistar a los hinchas del León, parece haber encontrado un club que le calza a medida.

Mientras el Pincha avanzaba procurando atacar, en una producción muy floja de Leandro Díaz y Del Prete, los visitantes demostraban en cada situación que la tenencia del balón era sumejor atributo para ir en busca del pase a semifinales.

la clase distinguida de Boselli lo llevó a donde no supo quedarse

El uno a cero a favor de Estudiantes no engañó a nadie. Se fue al descanso sólo con ventaja numérica; ya que se lo había observado sin fuerza, carente de corte en el mediocampo y extrañando la conexión de aquellos que venían siendo figuras relevantes en partidos nada lejanos.

Cuando a los 11 minutos del complemento Argentinos se quedó con un hombre menos, fue fácil pensar que dicho golpe lo iba a dejar nocaut. Error. Nada de eso ocurrió. Con diez, el Bicho se mantuvo firme, ordenado y valiente para arriesgar jugando a los pases. Allí, aunque todavía estaba perdiendo, ratificó que estaba bien perfilado como para ganar.

Con el partido uno a uno, Estudiantes quiso hacerle sentir al huésped que lo iba a meter en su arco, pero no pudo. Lo único realmente peligroso del segundo tiempo fue un cabezazo cruzado de Boselli, el mejor sin haber tenido el brillo de otras jornadas.

Haber desembocado en la definición con tiros desde el punto del penal pudo haberse leído como un castigo para Estudiantes, pero en realidad se pareció mucho a un premio. Argentinos, con diez hombres, jamás se apartó de su estilo y en eso radicó su principal mérito.

Milito declaró que su equipo jugó un partido “extraordinario” y mucho no exageró. Zielinski, más allá de sus apreciaciones públicas, sabe que el rival lo superó.

Los penales no fueron una cuestión de buena o mala suerte. Uno falló dos y el otro se equivocó sólo en uno.

Estudiantes debe recuperarse pronto de este golpe anímico y revisar los genuinos atributos que lo han llevado a ser considerado hoy uno de los mejores equipos del país. Tiene la Libertadores y la Copa Argentina para continuar buscando la gloria. Lo ocurrido le duele porque la ilusión era grande, pero quedó claro que esta vez perdió con justicia.

Argentinos, con el sello inconfundible de Milito, jamás se apartó de su estilo. Con diez, jugó igual

 

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