La última vez del Lobo en 57 y 1 es un recuerdo imborrable
Edición Impresa | 1 de Junio de 2022 | 04:00

La nueva edición del clásico platense está a la vista, con Estudiantes como local de Gimnasia en su estadio de 57 y 1, escenario en el que no pierde frente a su rival de toda la vida desde el domingo 30 de abril de 2003, la tarde en que el Lobo festejó un electrizante triunfo por 3 a 1 en partido correspondiente a la décima fecha del torneo Clausura.
El uruguayo Guillermo Sanguinetti, en dos oportunidades, la primera a través de la ejecución de un tiro libre penal, Claudio Enría y Roberto Sosa fueron quienes se encargaron de darle forma al resultado de un partido que le costó el puesto de entrenador a Oscar Malbernat, en el Pincha, y que los hinchas Triperos recuerdan como “el clásico del abandono”.
Esto, porque Fabián Madorrán, el árbitro encargado de controlar las acciones, debió suspender el juego como producto de los incidentes que se registraron en la tribuna ocupada por fanáticos del equipo albirrojo a los 43 minutos del complemento. La mala actuación de su equipo y el polémico arbitraje de Fabián Madorran fueron un combo explosivo. No había mucho más por jugar se decidió interrumpir el partido como en otras oportunidades.
Aquella tarde, el equipo dirigido por Carlos Ramaciotti ingresó a la cancha con Olave; Sanguinetti, San Esteban, Goux y Bustos; Leiva, González, Castillo y Robert; Enría y Sosa.
A partir de aquella formación, Gimnasia se quedó con un clásico increíble, después de haber quedado dos veces en desventaja, y vivió la última gran fiesta en azul y blanco en cancha de su eterno rival. Esa que volverá a pisar en este nuevo clásico, ahora bajo la conducción técnica de Néstor (“Pipo”) Gorosito y en el punto de partida de un nuevo torneo, el organizado por la Liga Profesional.
Esa victoria que el “Mundo Gimnasia” quiere repetir tuvo condimentos imposible de olvidar, porque se produjo en el marco de un partido que en determinado momento estaba orientado para un amplio triunfo de Estudiantes, con Olave siendo figura en el arco y el conjunto albiazul apretado contra su área.
La apertura de Ariel Zapata, de volea, tras una serie de rebotes, fue una consecuencia lógica del dominio ejercido por los albirrojos al ritmo de Roberto “Tito” Pompei, aunque en forma inesperada, el dueño del juego optó por resignar el control de la pelota.
Con sus armas, el Lobo fue a buscar el empate, y lo consiguió mediante la ejecución de un tiro libre penal convertido por Sanguinetti, tras una falta que Marcos Angeleri pudo evitar contra Enría.
De nuevo volvió el vendaval de Estudiantes, como en el primer cuarto de hora, y aprovechando un centro levantado por Marcelo Carrusca, de “palomita”, Ezequiel Maggiolo puso otra vez en ventaja a los albirrojos, con un verdadero golazo.
¿Cómo siguió la historia? El Pincha se durmió como después de la primera ventaja, y ahora ya no tuvo posibilidad de recuperación, porque Gimnasia se lo comió en el segundo tiempo.
Enría, de zurda, igualó a poco de iniciada la etapa complementaria, de zurda, al segundo palo del arco defendido por Ignacio González, y para colmo de males en esa misma jugada fue expulsado Juan Ángel Krupoviesa por reclamarle al árbitro en forma airada, y con insultos, lo que entendió había sido una falta previa.
El cuadro de situación quedó más complicado todavía para el conjunto estudiantil cuando se retiró lesionado Pompei. Sin argumentos, jamás pudo retomar el control del juego frente a un rival que fue por todo, entendiéndose por esto el triunfo.
Una mala salida del arquero favoreció la aparición de Sanguinetti, quien de zurda, hizo delirar a los Triperos, que luego gritaron el 4 a 2 definitivo cuando el Pampa Sosa conectó un córner de cabeza ante la mirada de los marcadores.
Después llegó la suspensión, el largo festejo de Gimnasia, la frustración de Estudiantes e imágenes que los Triperos quieren repetir.
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