La situación económica y la corrupción, algunos de los desafíos a resolver

Edición Impresa

Colombia acaba de atravesar una pandemia, tiene altos niveles de inflación, desempleo y la violencia se mantiene latente, sobre todo en las zonas rurales donde grupos armados se disputan el control de las rutas del narcotráfico y la minería ilegal. El saliente presidente conservador Iván Duque no goza de popularidad y hace un año sorteó masivas manifestaciones avivadas por una reforma fiscal y alimentadas por reclamos históricos en un país con brechas de desigualdad y mucha corrupción.

Petro ha prometido reformas en las pensiones, la salud y el agro al desincentivar la acumulación de tierras “improductivas” y disminuir drásticamente la importación de alimentos, impulsando la producción nacional y dejando de otorgar nuevas licencias de explotación petrolera.

El mandatario electo busca financiar ambiciosos programas sociales de empleo y renta básica con una elevada reforma fiscal que aumente impuestos para las élites y no toque el bolsillo de los más pobres.

En la reciente elección legislativa, el movimiento político de Petro logró una histórica votación y obtuvo 20 bancas en el Senado, consiguiendo una mayoría relativa, debido a que aún tendrá que hacer concesiones con políticos de centro y de partidos tradicionales para sacar adelante sus reformas.

En materia de relaciones exteriores, ya ha dicho que restablecerá las relaciones diplomáticas con Venezuela, rotas desde 2019 entre Nicolás Maduro y Duque, quien reconoce al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino del país caribeño.

En cuanto a EE UU, que concibe a Colombia como su mayor aliado en la región, Petro ha manifestado que quiere reestructurar el Tratado de Libre Comercio (TLC) y la lucha antinarcóticos, al estar en contra del uso del herbicida glifosato para fumigar los cultivos de coca.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE