VIDEO. Homenaje en La Plata a Almirante Brown: de niño huérfano en un país extraño a héroe naval de Argentina

Fue protagonista de hazañas cinematográficas y de hechos trascendentales. La vida lo golpeó de chico y forjó su carácter, que lo impulsó a gestas verdaderamente de película

Edición Impresa

Una figura formidable, irrepetible y enorme de nuestra historia. No se puede decir menos de “Bruno”, tal como los criollos llamaban a William Brown, “castellanizando” su apellido. La vida lo golpeó durísimamente poco antes de cumplir los 10 años, y formó su fuerte carácter, el mismo que con el devenir del tiempo pusiera al servicio de su patria adoptiva, la nuestra, a la que amó intensamente. Esta mañana tuvo un sentido homenaje en nuestra ciudad, más precisamente en 1 y 51, la plazoleta que lleva su nombre.

El 22 de junio de 1777, hace hoy 245 años, en el pueblo irlandés de Foxford nació Brown. A comienzos de 1787 la crisis económica de esa zona hizo que el futuro almirante viajara solo con su padre a Filadelfia en busca de un futuro más provechoso, pero a pocos días de llegar a Estados Unidos su progenitor contrajo fiebre amarilla y falleció rápidamente.

El niño, huérfano en tierras extrañas, se las ingenió para embarcarse inicialmente como grumete en distintos navíos estadounidenses, a bordo de los cuales y durante casi una década, aprendió con maestría el oficio de la navegación a vela.

CAPTURADO Y ENVIADO A FRANCIA

La nave en la que servía, ya con grado de capitán, fue capturada por un barco inglés, el que, a su vez, poco después fue vencido por un navío francés, y así, Brown fue hecho prisionero y trasladado a Francia, pero no tardó en fugar y viajar a Inglaterra donde continuó capitaneando buques mercantes.

A mediados de 1809 y con una sólida posición económica ya forjada, se casó con Elizabeth Chitty y meses después se radicó en Montevideo para comerciar con los porteños en naves de su propiedad, y precisamente en su fragata “Jane”, el 18 de abril de 1810 arribó al puerto de Buenos Aires y permaneció dos meses en la ciudad, como testigo privilegiado de la Revolución de Mayo, con la que de inmediato se identificó férreamente.

Brown se radicó entonces aquí y prosiguió con sus actividades mercantiles con sus propias naves.

En marzo de 1814, el director supremo Gervasio de Posadas lo nombró teniente coronel de marina y le confió el mando de una escuadra cuya primera misión fue la de expulsar a los realistas de la isla Martín García y días después librar otras contiendas navales en las que en todas resultó vencedor.

Al mes siguiente Brown insistió en liberar a Montevideo que se encontraba bajo dominio español desde cuatro años atrás y en pocos días, el marino naturalizado argentino destrozó a la flota ibérica en el célebre “combate del Buceo”.

Ataque y toma de la isla Martín García / Óleo sobre tela de José Murature

“HÉRCULES”, LA NAVE INSIGNIA

Posadas había comprado una fragata, la “Hércules”, fabricada en Rusia, la que Brown adoptó como su nave insignia y en la que halló la llamada “Cruz de San Andrés” (paño blanco cruzado con una letra “X” azul), la que pasó a ser la enseña de la armada argentina, según señala el historiador Sebastián Morán.

El gobierno argentino, meses después, puso a Brown al mando de una flota corsaria de cuatro naves para que hostigaran a los realistas en las costas sudamericanas del Pacífico, preparando la campaña libertadora que luego encabezaría San Martín.

Tuvo triunfos en Chile, Perú y en la zona de Guayaquil; en este último punto, dejó la Hércules y a bordo de la “Trinidad” recorrió ríos interiores, pero una bajante lo sorprendió sobre un banco de arena. Los realistas reunieron refuerzos terrestres y con gran superioridad atacaron a la encallada nave argentina.

Mientras los españoles abordaron la “Trinidad”, Brown y otros se arrojaron al agua, pero los amenazantes caimanes hicieron que volvieran al barco. En esas circunstancias y como los peninsulares habían degollado a algunos tripulantes, nuestro jefe naval encendió una antorcha y amenazó con hacer volar el polvorín del navío, ante lo cual, los oponentes desistieron.

Luego de esta campaña Brown volvió a sus actividades privadas, pero fue llamado a la acción por el gobierno patrio a fines de 1825 a raíz del conflicto bélico con Brasil, el que se prolongó hasta 1828 y en cuyo marco, nuestro gran almirante protagonizó múltiples hazañas y siempre en inferioridad de condiciones de batalla.

“GOBERNADOR DELEGADO”

El 1° de diciembre de 1828 Lavalle depuso al gobernador bonaerense Manuel Dorrego, tomando su puesto, pero nombrado a Guillermo Brown como “gobernador delegado”.

Capturado Dorrego en Navarro, Brown envió cartas a Lavalle clamando que aquel fuera desterrado y no fusilado como impulsaban los integrantes de una logia de unitarios porteños. En marzo, el marino dejó el cargo.

Años después, al producirse el bloque anglo-francés, Rosas llamó a prestar servicios a Brown, quien logró burlar a las naves extranjeras y bloquear el puerto de Montevideo.

Luego de esas últimas proezas, “el viejo Bruno” se retiró a su quinta de la zona de Barracas, llamada “Casa Amarilla”, en donde falleció el 3 de marzo de 1867.

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE