En medio de la tensión, Alberto F. quiere llevar de viaje a Massa

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Por EMILIANO RUSSO

efrusso@eldia.com

Aquejado por las continuas internas en la coalición que lo llevó a la Casa Rosada, Alberto Fernández decidió nuevamente incluir a Sergio Massa en la comitiva oficial que, en este caso, partirá mañana hacia Alemania para participar de la reunión del G7 y, de esta forma, intentar apaciguar el malestar del titular de la Cámara de Diputados por los problemas de gestión devenidos de las disputas del Frente de Todos, en medio de sus pretensiones electorales para 2023.

Argentina será una de las seis naciones convocadas al evento que lleva a cabo el selecto grupo –compuesto por el país anfitrión, Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Japón, Italia y Francia-, que se realizará en el castillo de Elmau, en la región montañosa de Baviera, entre este domingo y el próximo martes.

Al igual que lo ocurrió en la reciente gira por Estados Unidos donde tuvo lugar la Cumbre de las Américas, el jefe de Estado decidió “invitar” a Massa a subirse al avión de Aerolíneas Argentinas, que “alquila” la Secretaría General para cubrir estos periplos, pero en el entorno del creador del Frente Renovador (FR) adujeron que se integrará a la gira “en función de la agenda parlamentaria”.

Es decir, aún no confirmaron su participación en el viaje por su labor en el Congreso pero al cierre de esta edición desde Balcarce 50 eran optimistas en que se sumaría a la comitiva.

La semana próxima la Cámara baja, a pedido de la oposición, podría comenzar a debatir la denominada “ley de Alquileres” con un dictamen que resiste el bloque oficialista. También podría incluirse en el recinto la discusión por el gravamen a los activos no declarados en el exterior para pagarle al FMI, que el kirchnerismo logró aprobar en el Senado pero que difícilmente logre sortear el bloqueo de Juntos por el Cambio en Diputados.

Lo cierto es que el gesto del Presidente hacia el representante de la tercera pata del FdT llega en una semana en la que se conocieron reclamos internos dentro del FR para que Massa deje de ser una suerte de intermediario en la disputa entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner y tenga más protagonismo en una administración que no logra encauzar la gestión.

En este marco, se confirmó que a mediados de julio el partido tendrá su propio congreso en Mar del Plata y que “las bases” expondrán el malestar con el Ejecutivo. Es que hay funcionarios con cargos a nivel provincial y nacional que ven que la propia crisis del FdT está restando caudal electoral al espacio con miras a los comicios de 2023.

En Casa Rosada, con todo, también saben del descontento de Massa con la llegada al gabinete de Daniel Scioli –reemplazó al eyectado Matías Kulfas en el ministerio de la Producción-, con quien mantiene una relación tensa desde hace años y a quien supo enfrentar en las elecciones presidenciales de 2015.

En una semana en la que Cristina redobló sus críticas contra el jefe de estado –insistió en que debe “usar la lapicera” para obligar a empresas que necesitan importan a que consigan dólares con exportaciones alternativas, por caso- y hacia las organizaciones sociales aliadas a la Casa Rosada, en el entorno del ex intendente de Tigre remarcan que el oficialismo debe articular cambios en el esquema de gobierno que le permitan relanzar la gestión.

En privado, Massa también cuestiona la performance del ministro Martín Guzmán (Economía) y sugiere que el gabinete debería ser “más compacto” y con más volumen político. Hace tiempo que en su entorno aducen que no descartaría sumarse al equipo de gobierno –hay un lobby para un supuesto desembarco en el Palacio de Hacienda absorbiendo secretarías que hoy están bajo la órbita de Producción- en el marco de un “acuerdo político” de los dos principales accionistas del FdT.

Un escenario, con todo, que hoy parece muy lejano.

 

 

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