Si la estructura falla dicen presente las individualidades

Rey, Sosa y Soldano sostuvieron la actuación tripera. Cuando el equipo no aparece, los nombres propios aportan soluciones

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Es un equipo Gimnasia, no hay dudas. Néstor Gorosito le dio confianza y los jugadores devolvieron convicción y confiabilidad. Ese funcionamiento colectivo le ha elevado la vara al Lobo. Y aún el “piso” de rendimiento le permite sacar adelante con resultados positivos partidos que tienen momentos adversos, sea un puñado de minutos o esos ratos que parecen eternos para el hincha. Hoy, se ganan esos cotejos que el hombre de la tribuna analiza con una frase que todo futbolero achaca al efecto contagio: “estos partidos antes se perdían”.

Frente a Flandria, el segundo tiempo del equipo de Pipo tuvo poco de equipo y casi nada de Pipo. Sin funcionamiento, Gimnasia perdió la pelota y el control del juego. Tampoco tuvo intensidad para recuperar el balón, cosa que empezó a cambiar con los ingresos de Manuel Insaurralde y Tomás Muro. Y ni siquiera el contragolpe era una opción porque no había pase, ni velocidad ni precisión.

Sin embargo, cuando la cosa pasó de castaño oscuro y el flojo rival de la Primera Nacional asustaba tanto o más que buenos equipos de primera a los que Gimnasia derrotó sin atenuantes, aparecieron las individualidades para contribuir a que el Lobo vuelva a cantar victoria. Y ya son 11 triunfos en los últimos 15 partidos. Números simplemente impresionantes.

Para analizar el triunfo frente a Flandria, hay que empezar por los guantes de Rodrigo Rey. Después de atajadas normales contra remates de Toloza y Tissera, le tapó primero un bombazo tremendo y luego un mano a mano, en ambos casos a Benjamín Borasi. Desde ese duelo individual ganado se explica gran parte de la victoria tripera.

Más allá de los goles de Franco Soldano, indispensables para sumar de a tres, el “tercer hombre” del triunfo fue el paraguayo Ramón Sosa, una cucarda que Gorosito puede exhibir con orgullo. De una pelota perdida que recuperó, nació el primer gol. Y de un centro hermoso y preciso suyo, el cabezazo de Soldano aseguró el resultado a favor.

Por eso, si el Lobo no está, los nombres propios se hacen cargo. Y Gimnasia sigue ganando.

“Estos partidos antes se perdían”, analiza el hincha. Si el equipo falla, alguien lo salva

 

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