Segundo en la tabla y peleando por las copas, el Lobo cree

Pipo Gorosito logró superar las ausencias y armó un equipo duro, por momento utilitario y que defiende lo que tiene

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Gimnasia está feliz. No es para Amenos. Después de mucho tiempo de estar fuera de toda conversación, de mirar la parte de abajo de las tablas y de estar pendiente más de los resultados ajenos que de los propios, los hinchas triperos recuperaron la fe de la mano de los resultados que ha logrado Néstor Gorosito.

“Vamos a ir a ganar a cualquier cancha, no me gusta ir a ver que pasa”, dijo Pipo el 2 de setiembre del año pasado, apenas llegado al mundo tripero. Pocos habrán creído cuando un par de días después Godoy Cruz le dio un tremendo cachetazo en el debut. Sin embargo, casi once meses después, la realidad muestra a un Gimnasia distinto, convencido, que sabe sus limitaciones y que alimenta sus ilusiones del día a día. Un paso a la vez.

Muchas cosas, no todas, se explican desde los números. Desde que puso en pie en Gimnasia, Pipo Gorosito ha cosechado el 59,69 % de los puntos en disputa, 77 de un total de 129. Son nada menos que 22 victorias, 11 empates y 10 derrotas sobre 43 partidos. Sí, Gimnasia ganó más de la mitad de los partidos disputados desde su llegada.

Ahora bien, la realidad de 2022 es aún superior. En la sumatoria de Copa de la Liga, campeonato y Copa Argentina, Gimnasia ganó 15 partidos (sobre 27), con 6 empates y 6 caídas. Son 51 puntos sobre 81 posibles, el 62,96 %. Números muy por encima de los últimos entrenadores del Lobo.

Los números explican mucho. No todo. Después está lo intangible, el valor agregado del modo en que el cuerpo técnico convenció al equipo de que puede, de que los objetivos pueden ser importantes, de que se puede mirar hacia arriba en la tabla de posiciones. Gracias a eso, Gimnasia se olvidó por un buen tiempo de los promedios: está noveno. Ya no es tema.

Queda claro que a veces Gimnasia no juega bien. Un ejemplo fue el partido en la cancha de Huracán. Al Lobo le costó una enormidad armar sociedades, armar un circuito de juego. Ni siquiera fueron muchas las chances de gol. Sin embargo, también es valioso entender las limitaciones propias, minimizar las virtudes del rival, tratar de llevar el juego a la propia conveniencia. Cuando Hezze convirtió el gol en contra, durante largos pasajes Huracán casi no pudo ni supo jugar. Eso va a la columna del haber, tanto de Pipo como de los jugadores.

Sin Tarragona ni Carbonero, Gimnasia ha logrado sostener la campaña. Segundo en el torneo, pelea en la anual. El tiempo dirá si alcanza algún objetivo importante. Por ahora, se disfruta el presente.

 

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