Recuerdos de Buenos Aires

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En el verano de 1933, mientras Federico García Lorca hacía una gira con La Barraca, la compañía de Lola Membrives estrenó en Buenos Aires “Bodas de sangre”. Tal fue el éxito de la tragedia lorquiana que Membrives y su marido, el empresario Juan Reforzo, lo invitaron a Buenos Aires, donde dirigió una nueva producción y leyó una serie de conferencias sobre el arte español en la sociedad Amigos del Arte.

Durante los seis meses que pasó en Buenos Aires y Montevideo (entre octubre de 1933 y marzo de 1934), Lorca dirigió no sólo Bodas de sangre, sino también Mariana Pineda, La zapatera prodigiosa, el Retablillo de don Cristóbal y, aprovechando su experiencia con La Barraca, una adaptación de La dama boba, de Lope de Vega. En cartas a su familia, expresó su asombro por el éxito de estas obras y por su creciente popularidad entre el público: “Buenos Aires tiene tres millones de habitantes pero tantas, tantas fotografías han salido en estos grandes diarios que soy popular y me conocen por las calles”.

 

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