La crisis, según el argentino del “milagro israelí”

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“Creo en la interacción entre la política y la economía. Si no se ordena la parte política no se puede ordenar la economía. Pero en la parte política hay un empate, el pueblo está dividido. Puede que en 2023 también siga dividido, pero por lo menos va a haber un horizonte de cuatro años. El año entre ahora y las elecciones está completamente perdido”. Es el diagnóstico del economista argentino Leonardo Leiderman, exasesor del Banco Central de Israel que contribuyó a la recuperación económica de ese país.

El argentino trabajó en lo que él mismo llamó la “segunda parte” del “milagro israelí”. La primera fue cuando a mediados de los 80s el gobierno del entonces primer ministro Shimon Peres, logró reducir la inflación del 500% al 18/20% anual tras una dramática reunión de gabinete, que duró 36 horas, en la que logró el apoyo de una ajustada mayoría de los ministros para aplicar una drástica reforma fiscal y monetaria. El programa, contó, fue:

*El gobierno se comprometió a una estricta disciplina fiscal y subió las tarifas de los servicios públicos pero se comprometió a no tocarlas por 6 meses.

* Los sindicatos negociaron un aumento inicial, pero se comprometieron a no realizar ninguna otra demanda por 6 meses.

* El Banco Central hizo una devaluación de la moneda israelí pero se comprometió a mantenerla en el nuevo valor también al menos 6 meses.

* Las empresas se comprometieron a no aumentar los precios durante 6 meses.

* Se legisló la autonomía del Banco Central y se le prohibió emitir dinero para financiar el déficit fiscal.

No hubo acuerdo ni préstamo del FMI, pero EE UU se comprometió a sostener el presupuesto de defensa israelí, cercano al 8% del PBI anual.

Para Leiderman, la situación argentina actual -según sus declaraciones radiales- es más complicada porque tiene tasas de pobreza y de informalidad laboral mucho más altas y porque Israel es un país más pequeño y ordenado en materia laboral, previsional y de programas sociales.

“Hay momentos en que hay cierta similitud entre la economía y la medicina, me refiero al tema de la diagnosis sobre el problema o la dificultad de un país”, adujo en una entrevista radial. “Si juntás diez economistas argentinos de primera van a coincidir que hay un grave problema fiscal, del sector público, que hay desalineamiento entre las políticas cambiaria, monetaria y fiscal, que hay un problema de tarifas y de impuestos y que falta una estrategia económica de mediano y largo plazo que ha llevado a que los agentes económicos y los ciudadanos hayan perdido la confianza en las personas que determinan la política económica del país”, describió.

Agregóa que: “mientras eso no se resuelva se pueden tomar medidas sueltas, pero si no se ataca la base fundamental los problemas persistirán. Todo tratamiento, subrayó, debe empezar por reducir el déficit fiscal y darle independencia al Banco Central, de modo de desconectar lo fiscal de lo monetario”.

Finalmente, dijo que no hay soluciones indoloras. “Puede haber políticos que quieren ir por la parte populista, que diga que tratarán de hacer cosas que no duelan demasiado a corto plazo. Pero no es posible, porque hay errores acumulados de tantos años de política económica; hay un corto plazo en el que no existe una cirugía sin algún dolor.”

 

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