Otro barrio platense sometido al temor que impone la presencia de los delincuentes
Edición Impresa | 26 de Agosto de 2022 | 04:23

Hace ya muchos años que vecinos de El Mondongo, uno de los barrios más tradicionales de la Ciudad, viven acosados por crecientes niveles de inseguridad. Allí no sólo se autorizó el funcionamiento de la “zona roja”, sino que, en buena medida, de la mano de esa realidad aparecieron el narcotráfico, los robos y distintos hechos que originan justificado temor y que ha conspirado para que no pocos vecinos hayan decidido mudarse.
Ahora, una recorrida realizada por periodistas del diario en esta zona permitió nuevamente palpar el temor con el que viven los pobladores.
Se sucedieron en los últimos tiempos distintas administraciones municipales, se realizaron numerosas reuniones de los vecinos con autoridades policiales, pero el problema de la inseguridad no sólo no pudo ser resuelto o mitigado, sino que siguió agravándose, según señalaron los frentistas.
“Acá los delincuentes tienen en jaque al barrio desde hace muchos años. Le diría que los robos son crónicos”, sintetizó uno de los vecinos consultados. Los asaltos a mano armada están al orden del día y se registran contra viviendas, comercios y contra peatones en la vía pública.
Otro morador del Mondongo relató que “en mi caso, me quisieron asaltar en la Zona Roja, volviendo en bicicleta para mi casa, me tiraron palos a mi paso para trabar el avance. No sé cómo, pero pude evitar el robo subiéndome a la vereda. De todos modos, ya no paso más por ahí”.
Otra modalidad en auge, dijeron, es que ahora los delincuentes se dedican roban los picaportes de bronce de las casas. Añaden que a la tardecita, “cuando cierran los colegios y los clubes hacen lo mismo , ya no anda nadie por las calles. Todos nos quedamos en casa por miedo a sufrir un asalto”.
Habitado en sus orígenes por trabajadores de los frigoríficos, luego, con el correr de los años, se sumaron profesionales, comerciantes y empleados como nuevos residentes y contó, como un faro cultural de primer orden a la biblioteca Euforión. Uno de los más inolvidables referentes de esa zona, en la que vivió, fue René Favaloro.
Lo cierto es que ubicado a la vera de distintas facultades y a pocas cuadras del centro de la Ciudad, el barrio del Mondongo se ve enfrentado, desde hace años, a una suerte de imparable ola delictiva.
A tal punto es así que algunas familias decidieron vender sus viviendas por la circulación de la droga y de otros delitos cuyas consecuencias deben afrontar en forma cotidiana quienes allí viven.
Entre esos delitos puede mencionarse también a casi quince usurpaciones de viviendas y ahora, como se ha dicho, a la expansión del narcotráfico.
Asimismo, los vecinos del Mondongo deben convivir con las consecuencias de una desembozada prostitución callejera, a la que no logran que sea erradicada pese a sus múltiples peticiones ante las autoridades.
Es verdad que todos los barrios de la Ciudad merecen y tienen el derecho de vivir en paz, sin riesgo alguno, y que es responsabilidad del Estado velar para que la seguridad no se vea sobrepasada por el delito.
Para ello es prioritario que se decida combatir a fondo y erradicar en todos ellos la presencia delincuencial que, en este caso, se ha enseñoreado en el barrio del Mondongo.
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