Beneficios de la natación y las actividades deportivas

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Por VERÓNICA FERRARI (*)

Tirarse a la pileta es cambiar de un estado a otro. La natación esconde una fórmula fascinante entre acción e inacción: ponés el cuerpo en movimiento mientras pausás el resto de tu vida. Para sumergirte, tenés que dejar el celular afuera y, por lo tanto, el mundo a un costado, y eso lo vuelve un respiro para la mente. Es casi una meditación porque te conecta con vos y porque la coordinación de tantos músculos te obliga a pensar solo en el fluir de tu cuerpo. Tu salud física también se beneficia: el agua relaja, alivia contracturas y mejora la circulación.

Entre los diferentes deportes la natación es la actividad perfecta, y lo cierto es que tiene muchos beneficios.

Un detalle de los principales:

PARA EL CUERPO

1. Bajo impacto sobre los huesos y las articulaciones. La flotabilidad permite realizar actividad física sin el impacto que provoca el pavimento sobre el cuerpo. La hidroterapia es ideal para rehabilitar lesiones o problemas de columna.

2. Quemás calorías. Según la intensidad del ejercicio, se pueden quemar entre 500 y 600 calorías en una hora de actividad. La natación se recomienda para acompañar los tratamientos de descenso de peso.

3. Más elasticidad y elongación en los músculos. Cuando nadás, se involucran una gran cantidad de músculos tanto del tren superior como del inferior y de la zona media. Si lográs hacer un nado relajado, con una buena respiración, tus músculos alcanzarán una gran elasticidad y flexibilidad.

4. Beneficios cardiorrespiratorios. La natación mejora la circulación de la sangre por todo el cuerpo. La posición horizontal favorece el retorno venoso desde las extremidades hasta el corazón, lo que disminuye la presión arterial, reduce los niveles de colesterol malo y aumenta el bueno. Esto, en conjunto, reduce el riesgo de enfermedades cardíacas. A su vez, ayuda a controlar los niveles de glucosa en la sangre.

PARA LA MENTE

1. Abajo el estrés. Nadar ayuda a oxigenar el cerebro a nivel molecular, lo cual mejora el equilibrio de los neurotransmisores que influyen sobre el estado de ánimo y también en las hormonas responsables del estrés, por lo que se alivian los síntomas de la depresión.

2. Mayor evolución cognitiva y de aprendizaje. La natación activa simultáneamente los dos hemisferios cerebrales y los cuatro lóbulos del cerebro, lo que acarrea mejores capacidades cognitivas. Además, mejora la memoria, debido al incremento del flujo de sangre a las arterias cerebrales.

3. Más conexión con vos, con lo que te pasa. Nadar es un tipo de meditación. Cuando te metés en el agua, tu cuerpo se introduce en un estado nuevo, con una temperatura distinta y en un entorno fuera del rutinario. La pileta te obliga a dejar las pantallas afuera, y con ellas tu conexión con el mundo. La repetición de un ejercicio y tu concentración en él te hacen entrar en un estado de silencio cerebral que resulta casi una meditación en movimiento.

 

(*) Profesora de Educación Física, UNLP

 

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