VIDEO. La polémica por la poda: la motosierra anduvo por calle 8, cortó naranjos y estalló la bronca

La polémica por la poda sigue en pie de guerra. En medio de recursos presentados por distintos grupos de vecinos y medidas resueltas por la Justicia, ahora la bronca estalló en la zona de Plaza Olazábal porque este lunes la motosierra realizó los trabajos en un tramo de la calle 8 (comenzando desde la avenida 38 y hacia Plaza Italia) y entre los árboles que podó estuvieron los populares naranjos.

Como viene publicando este diario, varios gupos ambientalistas que vienen reclamando por la poda de árboles indiscriminada en la Ciudad realizaron una presentación judicial para denunciar el incumplimiento por parte del Municipio de la precautelar que ordena el cese de estas intervenciones sin expediente previo que la amerite.

El recurso fue interpuesto por el Foro en Defensa del Árbol en el juzgado Contencioso Administrativo Nº 1, que dictó el mes pasado la precautelar que “prohibe la extracción, poda, tala y daños de ejemplares del arbolado público, como así también cualquier acción que pudiere infligir algún daño”.

Al mismo tiempo, desde el Foro en Defensa del Árbol, entidad local que nació a partir de las polémicas suscitadas en torno al arbolado público, consideraron que es incalculable la cantidad de ejemplares que fueron intervenidos en la campaña iniciada por el Municipio en los últimos dos meses. Sin embargo, estiman que son “miles”, dado que hay, en promedio, unos 20 árboles por cuadra.

Andrea Suárez Córica, una de sus integrantes, remarcó que el grupo no está en contra de la poda cuando ésta es controlada y obedece a un obstáculo o situación de una planta que interfiera con el funcionamiento urbano. Sin embargo, advirtió que “lo que vino haciendo la gestión municipal es una intervención indiscriminada de todos los ejemplares, representando una mala praxis con consecuencias irreversibles para el arbolado”.

E indicó que, cuando un árbol es podado en ramas de más de 10 centímetros de diámetro, tiene dificultades para compartimentar el área dañada, por donde pueden ingresar patógenos que inicien un proceso de pudrición. “Creen que se corta una rama y no pasa nada”, se quejó.

En la misma línea, el ingeniero agrónomo Lisandro De Antueno coincidió en que la poda debe hacerse en situaciones puntuales que apunten a la convivencia entre la planta y su contexto urbano. Pero remarcó que intervenciones indiscriminadas “desequilibran la planta, la hacen perder follaje y dañan el metabolismo y vitalidad de la planta”, al tiempo que la dejan vulnerable a la exposición del viento.

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