Remiendos en las calles platenses suman riesgo al caos vial: el mapa de los "parches"
Edición Impresa | 1 de Septiembre de 2022 | 02:42

Gran parte de la Ciudad tiene las calles remendadas, panorama que aporta más riesgo al caótico tránsito vehicular. Desniveles, grietas que se asemejan a un “serrucho” y reparaciones que duran un suspiro se transforman en trampas para conductores de toda clase de rodados.
Una recorrida realizada por este diario por numerosas zonas de la Ciudad permite armar un mapa de calles que presentan serias falencias.
Entre las zonas que se observaron se incluye las siguientes direcciones: 35 y 16, 35 y 17, 35 y 18, 36 y 19, 39 y 15, 6 y 40, 25 y 50, 25 entre 58 y 59, 31 y 66, 138 y 66, 138 y 67, 19 y 62, 62 entre 18 y 19, 58 de 12 a 17.
Una de las esquinas más peligrosas es la de 36 y 19, donde se conjugan varios factores: pavimento explotado y lo que aparentemente fue un lomo de burro alguna vez pasó a ser un peligro vial.
Las trampas urbanas se multiplican en varias esquinas. En la esquina de 39 y 5 hay dos manchones de asfalto sobre los adoquines que exponen un extenso tiempo de falta de mantenimiento. Un combo de creciente riesgo en una calle muy transitada, utilizada por muchos conductores para salir hacia diagonal 74 y de allí tomar hacia la Autopista.
En 25 y 59 hay un enorme parche de asfalto ya dañado, y numerosas marcas de pavimento y brea que parecen remiendos por las grietas que presentaba esa esquina. En uno de los cordones hay un peligroso desnivel que atenta contra la preservación de las cubiertas.
En 138 entre 66 y 67, zona densamente transitada por camiones de gran porte -hay un corralón en esa cuadra- hay múltiples parches que ya tienen varias capas y circular por ese lugar es toda una odisea.
Otro ejemplo de los problemas que generan los parches y la calidad de los materiales utilizados: pegado a un reductor desgastado por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento, hay parches que ya se destruyeron. Distintos vehículos terminaron en talleres mecánicos por las consecuencias que generó en el sistema del tren delantero.
En 58 de 13 a 17 los parches sobre el adoquinado maltrecho es un desafío para quienes circulan en moto, auto o bicicleta. “Parecen pequeños lomos de burro en el medio de la calle”, describió un vecino. Ese tramo, hace un tiempo, tenía faltantes de adoquines. Para reparar esa situación volcaron parches de asfalto y los mismos comenzaron a desgastarse.
El paso del tiempo, el clima, y la falta de mantenimiento erosionan el pavimento
En 35 y 18 se observa un problema que es más recurrente de lo que parece en principio: pérdidas de agua socavan el pavimento y los parches que les colocaron con el paso del tiempo. Otro desafío para conductores que tratan de preservar sus vehículos.
Fuentes de la Municipalidad remarcan que “hay muchos problemas con Aguas Bonaerenses, que hace parches para arreglos de pérdidas de agua que no quedan como corresponde y muchas veces ocasionan lomadas en la calle”.
El agua arrastra las piedritas del pavimento y provoca “peladuras”, o se filtra en las fisuras y estropea la cobertura. El mismo desgaste acelerado produce que los desagües no escurran bien. En este contexto, expertos recomiendan una combinación asfáltica con polímeros, lo que reduce esta acción del agua sobre el pavimento.
También señalaron que “el municipio mantiene una tarea de relevamiento de los trabajos que se hacen, por lo cual ante estos reclamos se revisan las tareas y se reveen en caso de haber quedado mal efectuadas para ser corregidas.
Desde hace varios años -tal como publicó este diario en distintas oportunidades-, los vecinos de diferentes zonas marcaron su sorpresa por la fragilidad de los arreglos que encaró la Municipalidad ante el desgaste de las calles.
El pavimento sufre por la incidencia de diversos factores: el paso del tiempo, el clima, la falta de mantenimiento regular y un tránsito cada vez más exigente.
Según un relevamiento comunal de las mezclas asfálticas utilizadas en cada caso se detectó que el problema más recurrente es la falla en los vacíos del asfalto, “que incumplen con los requeridos en el pliego”.
Los especialistas explicaron que “se registra una mala combinación de tamaños de piedras, lo que no permite un buen llenado de los espacios”. Además, señalaron que “en diversos trabajos se observaron problemas de temperatura en la mezcla que se utilizó para la pavimentación, lo que produjo daños prematuros en la carpeta asfáltica”.
Señalan distintos expertos que la calidad de los materiales y la ejecución de los trabajos son factores importantes, pero no lo únicos determinantes de la vida útil del asfalto.
Además del crecimiento sostenido del parque automotor los expertos coinciden en que la cantidad de vehículos de gran porte que circulan por la Ciudad, sin ningún tipo de control de carga, pone en jaque el estado de las calles. El exceso de peso tiene como consecuencia que el asfalto ceda y deriva en dos posibilidades: se perfora o se deforma.
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