Gasto público: recalculando con los planes sociales
Edición Impresa | 10 de Septiembre de 2022 | 02:27

Carlos Barolo
El Gobierno decidió dar marcha atrás con una medida que había tomado en la semana para seguir el discurso oficial que indica que se están haciendo recortes en el gasto público pero que le había valido el malestar de sectores piqueteros aliados: eliminó la “incompatibilidad” entre dos planes sociales, el Potenciar Trabajo y la beca Progresar, que había significado la baja de 40 mil beneficiarios. “Recalculando”, indicó el GPS oficialista.
Un acampe en el Obelisco porteño, el martes último; un corte de calle frente al ministerio de Desarrollo Social; una acción similar en el Puente Pueyrredón y el lobby colérico de algunos referentes piqueteros hicieron que el ministro Juan Zabaleta sacara una resolución -la número 1640- a través de la cual se eliminó la mencionada incompatibilidad y se volvió a la situación anterior.
Dicen que la protesta no fue más virulenta por el contexto de solidaridad obligada, a raíz del atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner. Notable: había sido ella la primera en hablar de la necesidad de revisión de los planes y de que dejen de ser los propios movimientos sociales los que los administren.
El Plan Potenciar Trabajo, que supone una prestación laboral de unas seis horas, es de algo más de 25 mil pesos. El programa Progresar, que en realidad entrega la Anses, es una beca de 7.400 pesos destinada a los jóvenes -de hasta 30 años- más vulnerables para que se capaciten, aprendan un oficio y no dejen la escolaridad.
Cuando Sergio Massa llegó al ministerio de Economía en plan de ajustar gastos, se ordenó una auditoria de todo lo vinculado a la cuestión social, en teoría a cargo de universidades nacionales. El cruce entre los beneficiarios de los programas de Desarrollo Social y de la Anses arrojó que unas 40 mil personas, jóvenes todas, recibían planes de los dos organismos. Esto es: supuestamente trabajan y estudian.
Se decidió entonces cortar esa doble vía de ingresos, lo que disparó la protesta de los piqueteros aliados bajo el argumento de que el Gobierno seguía lineamientos del Fondo Monetario Internacional llevando adelante una medida “injusta”, en el sentido de que obligaba al humilde beneficiario a optar entre trabajar o estudiar.
En rigor, jurídicamente la decisión estaba respaldada: la reglamentación decía, hasta ahora, que el único plan compatible con el Potenciar Trabajo es la Asignación Universal por Hijo (AUH).
“Establécese que la percepción del incentivo otorgado a la población destinataria del Programa de Respaldo a Estudiantes Argentinos (PROGRESAR), creado por el Decreto de Necesidad y Urgencia Número 84, del 23 de enero de 2014, resulta compatible con el ingreso y la permanencia de los mismos como titulares en el Programa Nacional de Inclusión Socio-Productiva y Desarrollo Social ‘Potenciar Trabajo’, y la percepción del Salario Social Complementario, a partir del 1° de agosto de 2022, dice la resolución nueva que enmendó esa cuestión.
Como se observa, también incluye a quienes perciben el Salario Social Complementario. Todos los beneficiarios volverán a cobrar este mes el doble ingreso que había sido dado de baja.
El Potenciar Trabajo es un plan que llega a 1.300.000 personas. Es el centro de la gran pelea entre la Casa Rosada y los piqueteros duros, los del Polo Obrero y demás movimientos vinculados con la izquierda: éstos piden agrandar el padrón de beneficiarios pero el Gobierno, necesitado de bajar el gasto, se niega a hacerlo.
aliados
Lo dicho: el cruce entre este padrón y la Anses arrojó aquel número de 40 mil jóvenes que también reciben la beca Progresar. Pero resultaron ser, mayoritariamente, militantes de los movimientos sociales aliados, como el de Juan Grabois, Daniel Menéndez o Emilio Pérsico, éstos dos últimos que incluso son parte del Ejecutivo.
En este sentido, la diputada nacional del Frente de Todos y referente del Frente Patria Grande, Natalia Zaracho, cuyo referente es justamente Grabois, celebró la decisión del Gobierno en las redes sociales. “Quienes trabajan en unidades productivas van a poder estudiar con acompañamiento del Estado. Sigamos defendiendo los derechos del pueblo trabajador”, escribió en Twitter. Es sólo un ejemplo de la satisfacción piquetera: hubo más expresiones de este tipo. Zaracho es una de las diputadas de Grabois que había amenazado con romper el bloque oficialista pero al final depusieron la actitud. También recalcularon.
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