Delito y vandalismo, una combinación letal para los comerciantes platenses

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El delito y el vandalismo no paran de generar pérdidas a los comerciantes de la Ciudad.

En el último tiempo se han vuelto incontables las situaciones de propietarios de negocios que, además de tener que enfrentarse a las mermas por el robo de mercadería o dinero en efectivo, deben realizar importantes erogaciones para reparar los daños que causan los hampones para cumplir su objetivo.

Y, en muchos casos, el valor de los trabajos de reparación termina siendo más alto que el botín sustraído.

En este marco, el arreglo de una caja registradora, la reparación de una pared o la reposición de un blindex terminan siendo un verdadero dolor de cabeza para quienes poseen un negocio.

Esta fue la situación que le tocó vivir en las últimas horas a los propietarios de una dietética de Gonnet y de un supermercado ubicado en pleno centro platense.

En cuanto al primer caso, trascendió que ayer por la madrugada, alrededor de la 1, dos individuos que se trasladaban en moto detuvieron su marcha en Lacroze y 17.

Según los registros fílmicos, todo parece señalar a que tenían marcado el local ya que, tras descender de la unidad, el acompañante se dirigió directamente al frente del comercio y golpeó la vidriera con un elemento contundente. Se presume que, tras el estallido del cristal, el sujeto se dirigió directamente a la caja registradora y se apoderó del dinero que había en la caja.

“En el video se ve que llegaron en moto. También se puede apreciar que el tipo sale del local contando plata”, expuso un vecino en las redes sociales. Además del dinero que se llevó, a los dueños les quedó el sabor amargo de tener que abonar una abultada factura para reponer el blindex.

En tanto, tres horas después de este hecho, delincuentes ejecutaron un golpe en un supermercado ubicado en la zona de Plaza Italia.

De la misma forma que operaron en Gonnet, estos ladrones rompieron el vidrio de la puerta principal de este comercio que funciona en 44 y 6 e ingresaron.

Según trascendió, inmediatamente se dirigieron a la zona de cajas pero sus planes de apoderarse de dinero en efectivo se desvanecieron en cuestión de segundos cuando comprobaron que prácticamente quedaban monedas en estos dispositivos.

Como si se tratara de un manotazo de ahogado, antes de que el lugar se llenara de policías, recorrieron de forma expeditiva las góndolas y tomaron algunos productos como intentando hacer valer el despliegue montado.

Al igual que en el anterior caso, en el balance final la factura de la vidriería terminó siendo mucho más abultada que el valor de la mercadería que hurtaron.

 

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