A 50 años de la masacre en los Juegos de Munich

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MUNICH

Los presidentes de Israel y de Alemania conmemorarán juntos hoy el atentado en el que murieron 11 atletas israelíes durante los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972, días después de un acuerdo para indemnizar en unos 28 millones de euros a las familias de las víctimas.

Unos 70 familiares de las víctimas asistirán a la ceremonia organizada por el 50º aniversario de la dramática toma de rehenes. Entre ellos figura Anike Spitzer, viuda de Andre Spitzer, que era el entrenador del equipo de esgrima israelí. Además, el Comité Olímpico de Israel envió a una delegación.

El acto, planeado desde hacía tiempo, corría el riesgo de acabar en fiasco porque los familiares de las víctimas habían amenazado con no asistir, para manifestar su descontento por la compensación que Alemania les había ofrecido.

Con el acuerdo de indeminizaciones, el Estado alemán reconoce su “responsabilidad y reconoce el terrible sufrimiento de los que murieron y de sus familiares”, indicaron el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y su par israelí, Isaac Herzog, en un comunicado.

La ceremonia tendrá lugar en la base aérea de Fürstenfeldbruck, al oeste de Múnich, escenario del punto álgido de la trágica toma de rehenes. Los familiares esperan que Steinmeier se convierta allí en el primer jefe de Estado alemán en asumir públicamente la responsabilidad por las fallas que condujeron a aquella carnicería.

Los Juegos Olímpicos de Múnich, celebrados casi tres décadas después del Holocausto, estaban destinados a mostrar una nueva Alemania. Pero, en lugar de eso, abrieron una profunda brecha con Israel.

El 5 de septiembre de 1972, ocho hombres armados del grupo palestino “Septiembre Negro” irrumpieron en un departamento de la delegación israelí en la Villa Olímpica, matando a dos hombres y llevándose a otras nueve personas como rehenes.

La policía de Alemania Occidental respondió con una operación de rescate caótica, que se saldó con el deceso de los nueve rehenes en un tiroteo, en el que también murieron cinco de los ocho secuestradores y un policía.

El entonces jefe de gobierno Willy Brandt se refirió a la cadena de acontecimientos como un “perturbador ejemplo de la incompetencia alemana” y creó el comando GSG-9, una unidad de élite, ese mismo mes.

Pero tan solo unas semanas después, tres atacantes que habían sido capturados fueron liberados en un intercambio, cuando unos terroristas secuestraron un avión de Lufthansa, el 29 de octubre de 1972, y pidieron su liberación. A partir de entonces, Israel lanzó la operación “Ira de Dios” para acabar con los líderes de “Septiembre Negro”. (AFP)

 

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