Inseguridad vial: en 2023, el tránsito en la Región picó en punta y ya tiene cifras en rojo

El drama de la inseguridad vial no frena y no se trata de un juego de palabras. Es la cruda realidad que se vive en la Región, donde en lo que va de enero ya hubo que lamentar la pérdida de seis vidas humanas. Cinco en La Plata y una en Berisso.

Sin dudas, se trató de un arranque de año aterrador, que muestra un dato que asusta: al 08/01 ya se había duplicado la cantidad de fallecimientos respecto de esa fecha en 2022, que terminó el primer mes con cuatro casos y, los 12 meses, con 71.

En ese sentido, si uno proyecta la aceleración de hechos trágicos, es altamente probable que la cifra total de víctimas pueda superar los registros de la temporada anterior. Algo que, de por sí, es muy preocupante.

En momentos en que rige la llamada ley de “Alcohol 0” al volante, la estadística debería tender a una cierta estabilización y, lentamente, mostrar números a la baja.

Sin embargo, se sabe que la falta de controles y, el incumplimiento de las normativas vigentes de muchos de los que salen a manejar, que se ve en el exceso de velocidad o, la conducción negligente, que puede representarse en el no respeto a la luz de un semáforo o el circular por lugares indebidos, siempre genera resultados dañosos. En el mejor de los casos, con pérdidas materiales, aunque todo se desbarranca cuando aparecen las lesiones o el efecto muerte.

Especialistas en cuestiones de seguridad vial dice que, en relación a su población, La Plata es una de las ciudades del país donde peor se maneja.

Y esto queda graficado en el enorme universo de personas que queda con secuelas después de haber sufrido un siniestro. Al margen de los fallecidos.

Un caso testigo es el de la joven que volcó con su auto en el Distribuidor Pedro Benoit, en septiembre de 2022, en lo que se cree fue un encierro por parte de otro vehículo.

La familia y los allegados salieron a pedir testigos, mientras ella, con apenas 27 años, sigue hospitalizada y tendría los movimientos impedidos por una aparente afección en la médula espinal.

CASO POR CASO

El 1° de enero pasado, en la ruta 2, a pocos metros del cruce con la avenida 520, en Abasto, un choque entre dos camionetas provocó la muerte de tres jóvenes. Un chico, el conductor, y dos chicas, que eran hermanas.

Las víctimas circulaban en una camioneta Ford Ranger, a la que impactó, de frente, una 4 x 4 Land Rover, guiada por un empresario de CABA.

Al parecer, hubo una acción de retome, que está siendo analizada por la Justicia local como la probable causa del accidente, al margen de las muestras toxicológicas, cuyos resultados no trascendieron.

La Ranger mostraba un golpe muy fuerte en su lateral derecho, mientras que el otro rodado en la zona del motor.

Los fallecidos fueron identificados como Carla Karina Aramayo Aramayo (17); su hermana Yuli Faviola Aramayo Aramayo (19) y Samuel David Tejerina Cazón (19).

Tres días después, el 4 de enero, en Diagonal 73 y Boulevard 84, un taxi embistió a una motocicleta, cuyo conductor perdió la vida.

Se llamaba Rubén Darío Bértoli, que tenía 28 años.

El 5 de enero, por su parte, en el barrio conocido como Puente de Fierro, sobre la calle 88 entre 28 y 29, un nene de 5 años perdió la vida al avanzar sobre la cinta asfáltica cuando venía pasando una camioneta vieja, cuyo conductor no pudo evitar el impacto.

El chiquito se llamaba Santino Moabro, quien fue llevado por el conductor del vehículo hasta el hospital de Niños, donde falleció.

En ese momento, en medio de la desesperación de sus familiares, el conductor dejó la camioneta en la puerta del centro asistencial y escapó a la carrera.

Su actitud encendió los ánimos en el lugar y empezaron a volar piedras, que le dejaron varios vidrios destrozados.

Por eso, para evitar que la evidencia pueda resultar afectada, sobre todo porque deberá ser sujeta a peritajes, varios efectivos se subieron en ella y la llevaron a la sede de la comisaría quinta, en la que quedó a resguardo.

El acusado, cabe recordar, fue atrapado al día siguiente cuando se desplazaba en dirección a la casa de la suegra en El Dique y aún permanece preso.

Al margen de que asistió a la criatura cuando ocurrió el accidente, la actitud posterior le valió un agravamiento de su situación procesal, que por ahora se mantiene sin cambios.

Se trata de Gabriel Arias, de 38 años, que quedó imputado por el delito de “homicidio culposo agravado por la conducción de un vehículo a motor”.

Por último, el 6 de enero, en el cruce de 26 y 162, en Berisso, se produjo el último evento de consecuencias fatales en la Región.

Fue por la colisión de una camioneta Peugeot Partner y una motocicleta, donde viajaba un joven de 19 años, que se llamaba Rodrigo Oroño.

Cabe destacar que, del total de fallecidos en 2023, dos fueron motociclistas.

En 2022, en tanto, de las 71 muertes, más de la mitad, exactamente 43 personas, circulaban en ese tipo de rodados cuando se encontraron con la muerte.