Ya estarían marcados los que patearon a Fernando

Son tres de los acusados, mientras que un cuarto quedó individualizado por impedir que la víctima recibiera ayuda

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Dos amigos de Fernando Báez Sosa identificaron ayer a Máximo Thomsen, Luciano Pertossi y Enzo Comelli, como tres de los acusados que lo habrían atacado a “patadas en la cabeza, el pecho y la mandíbula” y dijeron que, al menos dos de ellos, lo golpearon cuando estaba “en el piso” en la puerta del boliche de Villa Gesell, en enero de 2020.

En tanto, un tercer testigo que integraba el grupo de Fernando, ubicó al rugbier Ayrton Viollaz en el lugar de la golpiza, gritando a modo de arenga “y ahora” e impidiendo que se acercaran a defenderlo.

“Sé que Thomsen le pegó, yo diría que en el pecho; el que me sacó a mí (por Luciano Pertossi) es el que estaba pegando patadas en el costado de la cabeza y el resto de los agresores no lo recuerdo”, dijo el testigo Lucas Filardi, el primero de los amigos de Fernando en declarar ayer ante el Tribunal N° 1 de Dolores.

Por su parte, el segundo amigo que declaró, Juan Bautista Besuzzo, identificó a Comelli como el primero de los rugbiers en atacar a Fernando.

“Si tuviese que decir (quién golpeó primero) es Enzo Comelli (…) lo reconocí en rueda y por cómo estaba vestido” en los videos, mencionó el joven, quien a continuación describió que ese rugbier fue quien le dio a Fernando “uno de los primeros golpes y lo dejó arrodillado” y luego Thomsen le dio “tres patadas en la mandíbula”.

Los dos jóvenes coincidieron en que el conflicto se inició adentro de “Le Brique”, cuando había mucha gente y se produjo un roce entre los rugbiers y otro de los amigos del grupo, Julián García, aunque los encargados de seguridad sacaron a la calle a Fernando cuando se acercó a separarlos.

Sobre esa situación, Filardi recordó que cuando le preguntó a Fernando qué había pasado, él le respondió: “Le pegaron a Juli, les dije que paren y ahí se ensañaron conmigo”.

También Besuzzo contó que Fernando le dijo que él no había hecho nada, sino que se acercó para tratar de separar.

“La sensación en el momento fue que el ataque fue hacia Fernando y que cuando cualquiera de nosotros quiso impedir esto, nos sacaron, no nos dejaron poder ayudarlo”, describió ese testigo.

Luego recordó que él gritó “paren, paren” y recibió “una piña que no esperaba”, por lo que cruzó la calle y pidió ayuda a los patovicas, quienes “no respondieron”.

La que no pudo declarar, porque no estaba en condiciones anímicas, fue la novia de la víctima, Julieta Rossi. Su padre Oscar, que sí lo hizo, aseguró que lo que vio “no se lo deseo ni al peor animal en medio del campo. Tener a un Fernando acostado y esperando que lo ingresen en un cajón”.

Por último, se supo que María Graciela Sosa Osorio, la madre de Fernando Báez Sosa, sufrió un pico de presión y tuvo recibir asistencia médica en la sala.

 

 

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