El PRO con otro sacudón interno, ahora por el revuelo de los chats de un ministro

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Emiliano Russo

efrusso@eldia.com

La interna del PRO volvió a resurgir con la decisión de Horacio Rodríguez Larreta de convalidar el pedido de licencia del ministro Marcelo D’Alessandro (Seguridad), como forma “de organizar” su defensa frente a la batería de denuncias del oficialismo por las supuestas implicancias judiciales de los chats extraídos ilegalmente de su celular, que expondrían conversaciones “inconvenientes” con un colaborador del juez Horacio Rosatti y con un empresario del servicio de grúas de la CABA.

El nuevo escándalo que desencadenó la difusión de las conversaciones del funcionario encontraron al alcalde porteño en su descanso de Cumelén, en Villa La Angostura, donde tuvo contacto con Mauricio Macri. En el PRO, con todo, hay coincidencia que todo se trata de una “operación del kirchnerismo” para deslegitimar al licenciado titular de Seguridad y que, en todo caso, los chats “no podrían tener ningún tipo de repercusión en la Justicia por haber sido obtenidos de manera ilegal” y, en apariencia, apuntan desde el PRO, también adulterados.

Mantenerlo en el cargo

Pero las diferencias surgieron porque varias espadas del “partido amarillo”, como la precandidata presidencial Patricia Bullrich, considerarían que el alcalde porteño tendría que haber defendido con mayor ahínco a D’Alessandro y, al mismo tiempo, haberlo mantenido en su cargo para no dar entidad a una maniobra que atribuyen a “espías” o “mano de obra desocupada” que, a la postre, servirían a los intereses del oficialismo. Ayer la líder del PRO, que permanece “de vacaciones” hasta el 18 de enero, adjudicó las filtraciones de los chats a “un aparato paraestatal de inteligencia ilegal y con alta sofisticación”.

De igual modo opina Elisa Carrió, que mantiene un buen vínculo con D’Alessandro, a quien considera un “dirigente valioso” víctima de una supuesta “mesa militar de la AFI” en la que estaría involucrado el general César Milani, que supo montar una oficina de inteligencia cuando dirigía al Ejército durante la presidencia de Cristina Kirchner.

En su reaparición pública del miércoles a la tarde en el marco de la inauguración de una escuela de verano del centro porteño, Larreta respaldó a D’Alessandro y coincidió en que éste fue objeto de una maniobra de una “mafia” a la que vinculó con el kirchnerismo. Lo cierto es que antes hubo un fuerte debate interno en la sede gubernamental de calle Uspallata con el objetivo de analizar cómo surfear la crisis política desatada por la difusión de las supuestas conversaciones del licenciado ministro. El secretario general, Fernando Straface, por caso, fue uno de los que apoyó al funcionario sin ningún “tipo de especulación”. Pero todos coincidieron en que D’Alessandro debía “salir a defenderse” y para cumplimentar esta estrategia “lo mejor era que tomara una licencia”.

Con todo, hubo voces que aseguraban que Larreta debía respaldar más fuertemente al funcionario y no impulsar una “solución intermedia” que dé sustancia a la embestida del kirchnerismo. La licencia anunciada, sin embargo, duraría unos tres meses y que, mientras tanto, el área de Seguridad será absorbida por el jefe de gabinete, Felipe Miguel.

Silencio radical

En el radicalismo no salieron a opinar del escándalo pero sí cuestionaron al oficialismo por su embestida contra el titular de la Corte, Rosatti. “No hay nada para decir, en última instancia que investigue la Justicia”, acotó una fuente de la UCR.

Sin embargo, el titular del partido, Gerardo Morales, recibió un reproche público del exsenador radical Mario Cimadevilla -que durante la gestión de Cambiemos renunció a su puesto en la Unidad Especial AMIA con críticas al Ejecutivo-, que exigió al Comité Nacional un gesto de “reprobación” por la aparición de los chats que expondrían una connivencia entre “funcionarios judiciales y hombres de la política”.

Este lunes dirigentes del centenario partido se darán cita en Mar del Plata, convocados por el gobernador jujeño, para intentar trazar una hoja de ruta que permita consensuar una estrategia común para afrontar la discusión electoral en el seno de Juntos por el Cambio. Por ahora, la embestida del Gobierno contra la Justicia parece hacer acallar ciertas críticas por las implicancias de las conversaciones de D’Alessandro. Morales, de hecho, podría participar de una “caminata de pre-campaña” con Larreta que se llevaría a cabo este fin de semana por la Costa Atlántica.

 

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