La jura de Leonor, aire fresco para la corona de España

Con 18 años cumplidos, en un acto en el Parlamento la princesa prometió ser fiel a la Constitución y ya puede legalmente suceder al rey

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La mayoría de edad y el juramento de la princesa Leonor de Borbón se convirtió ayer en un acto de afirmación de la monarquía española tras unos años difíciles, con un fervor en las calles más propio de Londres que de Madrid.

“Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas y fidelidad al Rey”, proclamó Leonor en el día de su 18º cumpleaños, momento culminante de una sesión especial de las Cortes.

Diputados y senadores ovacionaron durante varios minutos a la princesa, que aporta un aire fresco a la corona y ahora ya puede suceder a su padre, Felipe VI. También la aplaudieron los miles de ciudadanos que siguieron la ceremonia ante las pantallas gigantes situadas en dos puntos del centro de Madrid.

“Es un orgullo vivir un día así en España”, explicó Blanca Palomares, una estudiante madrileña de 23 años que acudió a la plaza de la Puerta del Sol y para la que la jornada solamente tuvo un fallo: “tenía que haber sido fiesta nacional”.

La heredera al trono de su padre, Felipe VI, recorrió las calles de Madrid hasta el Congreso en un Rolls Royce Phantom IV, escoltada por la guardia real a caballo y saludando a quienes salieron a las calles, algunos de los cuales le cantaban “cumpleaños feliz”.

Al acabar la jura, se trasladó al Palacio Real, donde tuvo lugar un banquete al que siguió una fiesta familiar privada.

Las campanas de muchas catedrales de España repicaron al acabar la jura, hubo salvas de cañón, la foto de Leonor engalanó farolas, y en el centro de Madrid se repartieron 20.000 banderas españolas y dulces con la insignia nacional.

“Viví en Inglaterra un tiempo y se parece a aquello, ese fervor con la Familia Real”, evocó Sophie, una estudiante estadounidense de 19 años que lleva unos meses en la capital española.

El año en que Felipe VI hizo su juramento, 1986, España vivía un momento dulce: habían pasado once años desde la muerte del dictador Francisco Franco, los socialistas de Felipe González renovaron su mayoría absoluta, el país ingresó en la Unión Europea y se le concedió a Barcelona la organización de los Juegos Olímpicos de 1992.

 

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