El ajuste, el desorden urbano y el tránsito, entre los desafíos de Alak

El intendente electo asumirá en una ciudad que tiene más de 160 asentamientos y lleva 72 fallecidos en el año por accidentes viales

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Por LAURA ROMOLI

lromoli@eldia.com

La desorganización del tránsito, el desorden urbanístico y la actualización del transporte público son sólo algunos de los desafíos que enfrentará Julio Alak a partir del 10 de diciembre. El intendente electo presentará al asumir el gabinete con el que deberá gestionar, al mismo tiempo, la escasez de infraestructura urbana en los barrios y el inevitable ajuste en las cuentas públicas que impactará en el desarrollo de nuevas obras para la Ciudad.

A pesar de haber tenido un orden de aparición, una serie creciente de problemas se presentan en simultáneo en una ciudad que alberga 772.618 habitantes, distribuidos en 926 kilómetros cuadrados.

Una vez conformado el gabinete municipal y las autoridades del Concejo Deliberante, el Presupuesto municipal y la ordenanza Impositiva de 2024 representarán la herramienta inicial para la administración de la Comuna. Sin embargo, como el resto de los municipios, la confección del Presupuesto nacional y el provincial serán esenciales para fijar una pauta de inflación y una estimación de recursos propios y fondos recibidos.

Desde el punto de vista administrativo y contable, entre los aspectos que más preocupan al equipo del jefe comunal electo están la planta de personal y la deuda consolidada y flotante. “No se puede diagnosticar y prescribir el tratamiento a un paciente sin estudiarlo previamente”, repiten usando una metáfora de la medicina.

Alak gobernó el Municipio cuatro veces, entre 1991 y 2007. Y si bien es conocedor de la Ciudad, tras 16 años no sólo creció la cantidad de habitantes. En La Plata actual, la mancha urbana se expandió desordenadamente hacia las localidades, al tiempo que se desarrollaron en torno al casco histórico más de 160 barrios de emergencia con múltiples falencias.

En esas barriadas viven unos 200 mil platenses que carecen de agua potable, cloacas, electricidad, desarrollo vial y un servicio sanitario eficiente. Todas circunstancias que requieren una fuerte inversión en obras de infraestructura a las que el Municipio no puede afrontar sino es con el aporte de la Provincia y la Nación.

Si bien la situación sanitaria en los asentamientos requiere la colaboración de la Provincia, la Comuna es la que debe hacer punta en dar respuesta a ese problema.

Muchos de esos barrios se encuentran, además, en terrenos fiscales que quedan a la vera de los arroyos, por lo que revisten una alta vulnerabilidad ante posibles inundaciones.

Independientemente de las zonas carenciadas, el crecimiento de forma horizontal y sin planificación de la Ciudad desafía a todos los servicios. Alak y el nuevo Concejo Deliberante tendrán la tarea de diseñar un nuevo pliego de concesión para las líneas de micros, cuyos ramales no abarcan la extensión de muchas localidades.

La concesión del transporte público se encuentra vencida y prorrogada desde 2010 y su giro al deliberativo fue una promesa repetida por Garro durante todo el 2023.

En gran medida a causa de la deficiencia de un buen servicio de transporte público es que el parque automotor no deja de incrementarse. La gran cantidad de coches que ingresan al casco causa un desborde del tránsito, un caos para el estacionamiento y la constante doble fila en el microcentro.

Pero la falta de control y prevención también colocan a La Plata entre las ciudades del país con más siniestros viales. En lo que va del año, 72 platenses fallecieron a causa de accidentes automovilísticos, muchos de ellos, que pudieron evitarse.

El desorden urbanístico en la Ciudad implica, además, la constante consolidación de nuevo suelo urbano en espacios que hasta hace poco tiempo eran macizos rurales. Ese avance de la construcción demanda transporte público, pavimentación de calles y extensión de las redes de agua potable. Pero también pone en jaque el uso del suelo del cordón frutihortícola, que silenciosamente se viene desplazando hacia las rutas 2 y 36.

Otro problema constante en la Ciudad es el de los cortes de luz y la falta de agua. En el primer caso, se trata de la responsabilidad de inversiones por parte de la concesionaria Edelap; en el segundo, por la insuficiente distribución domiciliaria de agua potable de la planta potabilizadora provincial Donato Girardi.

Y si bien, una vez más, es la Provincia la responsable de la administración de ABSA, los damnificados por la falta de presión y las pérdidas de agua en la vía pública son los platenses.

Como al resto de los intendentes bonaerenses, el ajuste que implemente el presidente electo Javier Milei será clave para Julio Alak. En forma directa y también de manera indirecta, a través de las repercusiones que las medidas nacionales tengan en la Provincia.

Además de una deuda flotante del Municipio de la que no trascendieron números, la planta de personal que heredará el futuro intendente también encastra en el rompecabezas platense.

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