Contaminación vehicular: crece su impacto en el aire de la Región
Edición Impresa | 27 de Diciembre de 2023 | 04:21

Aunque la convivencia con uno de los polos petroquímicos más grandes del país hace suponer que el mayor impacto en la calidad del aire de la Región lo produce la actividad industrial, un monitoreo realizado por investigadores de la UNLP muestra que las emisiones del tránsito no sólo resultan más significativas sino que su incidencia es cada vez mayor.
Gracias a una red de monitoreo que toma muestras en distintos puntos de la Ciudad y modelos de simulación de datos, un equipo del Centro de Investigaciones del Medioambiente (CIM) y del Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias Aplicadas (CINDECA) puso en evidencia la gran contribución de las emisiones vehiculares, una causa generalmente minimizada en contextos industriales como el nuestro.
Si bien la contaminación ambiental asociada a las emisiones vehiculares ha aumentado notablemente en los últimos 20 años en gran parte del mundo -sobrepasando actualmente los valores sugeridos por la Organización Mundial de la Salud- su incidencia en ciertos contextos no es sencilla de medir.
Tal es el caso de la región del Gran La Plata, donde las emisiones contaminantes de las múltiples actividades industriales, comerciales y residenciales se combinan en un escenario de gran complejidad en el que la contribución de cada fuente resulta difícil de determinar con precisión.
Frente a este desafío, los investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas -quienes trabajan junto al ministerio de Ambiente bonaerense y la municipalidad de Berisso mediante el Programa “ImpaCT.AR Ciencia y Tecnología”- comenzaron hace dos años a reunir datos para diagnosticar y contribuir a la toma de decisiones en la gestión del recurso atmosférico. Para ello se han concentrado en estudiar el tamaño de las partículas que respiramos.
“Lo que vemos es que el peso del material particulado fino dentro del total viene aumentando y lo asociamos a un incremento de la flota automotriz”
Jorge Colman Lerner
coordinador de la red de monitoreo de la UNLP
CUESTIÓN DE TAMAÑO
¿Por qué estudian el tamaño? Ocurre que “el material particulado en suspensión se clasifica en partículas gruesas y finas: cuanto más finas son, más penetran en el sistema respiratorio. Algunas son aspirables, otras respirables, y las más finas de todas atraviesan incluso los alvéolos y llegan a la sangre”, explica el Doctor en Química Jorge Colman Lerner, quien coordina la red de monitoreo junto a su colega Andrés Porta del CIM.
Como establecen las guías de la Organización Mundial de la Salud, las más preocupantes son las partículas menores a 10 micrones (MP10) y menores a 2,5 micrones (MP 2.5) por su mayor impacto sobre la salud de la población.
Al analizar el aire de la Región los investigaciones encontraron que las fuentes estacionarias de MP10 -asociadas a las principales industrias locales- no eran las más determinantes, sino que las fuentes móviles -asociadas a la flota vehicular- tenían una relevancia mayor.
“Lo que vemos es que el peso del material particulado fino dentro del total viene aumentando, y lo asociamos a un incremento de la flota automotriz” explica Colman Lerner.
Pero no se trata solo del incremento de los vehículos particulares o de transporte colectivo: también hay contribuciones móviles asociadas a las industrias, como el transporte pesado (camiones) que llega a las empresas para entregar materias primas o retirar productos finales.
Los investigadores han reportado que la contribución de las fuentes fabriles en cada uno de los distintos sitios de muestreo estudiados varía entre 9.6% y 32.2%. La variabilidad es grande por la dispersión de las partículas en el aire. En uno de los puntos de medida, ubicado cerca de una industria, la contribución fue mucho mayor, alcanzando un 99.3%. Salvo en ese sitio, la contribución vehicular fue mayor que la industrial.
A su vez, la contribución del tráfico a la contaminación del aire es compleja: “Si vemos un camión que emite humo negro, es claro que está liberando material particulado a la atmósfera. Pero este mecanismo no es el único, las partículas se generan aunque no las veamos. Hay estudios que muestran que los vehículos diesel contribuyen con partículas finas que se generan mayormente en el aire a partir de los propios aerosoles que se emiten del caño de escape a una elevada temperatura “, aclara Colman Lerner.
“Además estas partículas pueden transportar contaminantes en su superficie, que son originados en los mismos procesos químicos. Estos contaminantes pueden variar en su nivel de toxicidad y deben ser monitoreados.”, agrega.
Para censar las partículas, el investigador relata que se hace pasar el aire por filtros mediante una bomba, durante 24 horas, en los sitios de monitoreo. Ese filtro se lleva luego al laboratorio, donde se lo procesa, extrayendo los hidrocarburos con solventes orgánicos. Finalmente, se los identifica por cromatografía. Estos análisis químicos permiten conocer las posibles fuentes de emisión que generan las partículas.
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