“La clave es hacer amistades, tener tareas y distraerse con algo”

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A Irma Sabatelli le gusta estar en movimiento, “sino la cabeza maquina y no está bueno. Quedarse encerrada no le hace bien a nadie”, dice. Tiene 86 años y en la medida de lo posible, hace todo sola. Un poco para no molestar a sus hijos y nietos que están ocupados y otro tanto porque le gusta tener su tiempo.

“Me gusta salir, salgo a caminar, a mirar vidrieras. Si hace calor y me canso, me siento a tomar un helado, nadie me apura. Antes de la pandemia salía más, ahora de a poco estoy volviendo a aquel ritmo y voy a retomar el gimnasio”, explica esta jubilada del ministerio de Economía que dejó de trabajar a los 40, con 25 años de servicio por un régimen especial que el gobierno dio en su momento.

“Me levanto cuando quiero, como quiero, ya cumplí bastante el horario cuando trabajaba. Igual cuando me jubilé andaba como perdida. Yo redactaba los decretos que firmaba el gobernador y era un trabajo que implicaba mucha responsabilidad, era súper puntual y terminaba haciendo el resto de las cosas a las apuradas. Cuando no fui más a la oficina me sobraba tiempo y me ponía mal. Salía a caminar y sentía que me faltaba algo. Hay gente que necesita un psicólogo después que se jubila, porque es un cambio muy grande, es bueno jubilarse, pero en ese momento tardé en acomodarme”, recuerda Irma.

 

“Cuando no fui más a la oficina me sobraba tiempo y me ponía mal. Sentía que me faltaba algo”

 

De a poco, fue encontrando sus espacios. Al principio se entretenía con las tareas del hogar y fue sumando actividades con la huerta y las gallinas que tiene en su casa. “Además tengo mis plantas y en la casa siempre hay algo para hacer. Me levanto, desayuno, hago mandados y leo el diario. Con eso me entretengo bastante, aunque las malas noticias ni las leo para no hacerme mala sangre. Después preparo el almuerzo y ahí ya se me pasa la mañana. En verano hago una siesta y a la tarde me busco algo para hacer”, enumera esta abuela de tres nietos que también tiene dos bisnietos.

La clave de su vitalidad la explica en la alimentación y el cuidado que le da a su cuerpo: “tomo mucha agua durante el día. Me alimento bien y variado, todos los días como algo distinto. Y me hago controles médicos anuales. Ahora estoy pensando en ir a un club de jubilados, pero tiene que quedar cerca de la parada del micro porque no quiero depender de nadie. La clave es tener amistades, reunirse, conversar, tener tareas, ir a algún centro de jubilados, distraerse con algo”, recomienda.

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