¿Cuál es la clave para la serenidad en la vejez?
Edición Impresa | 26 de Febrero de 2023 | 08:44

Con la edad, para muchos llega la sensación de perder algo y eso duele. Pero también hay algo para ganar y está en el interior de la propia persona: tranquilidad, aceptación, satisfacción. Y, con estas sensaciones, también un gran disfrute de las pequeñas cosas de la vida cotidiana.
¿Pero por qué esto lo logran algunas personas mejor que otras? ¿Y cómo es posible ganar algo más de este sosiego en la vida cotidiana?
“Envejecer es un ejercicio constante de aceptación”, dice el pedagogo Bertram Kasper
Depende de cómo se interprete. “Se puede hablar de bienestar en la vejez, de sentimientos positivos como el descanso o la relajación, pero que no son apasionantes”, afirma la profesora Maria Pavlova, jefa del departamento de Gerontología Psicológica de la Universidad de Vechta, en Alemania.
Asimismo resulta factible explicar este concepto de manera diferente, “como un fenómeno por el cual algunas personas reaccionan menos intensamente a vivencias negativas”.
Por muy lindo que suene: “La serenidad no llega automáticamente con la edad”. Esto es lo que dice el pedagogo y podcaster Bertram Kasper, que se autodenomina estratega de la edad. Porque el grupo de personas mayores es -tal como subrayan repetidamente las investigaciones- heterogéneo.
El factor decisivo para ir con calma por la vida no es tanto la edad como la estructura de la propia personalidad. “Hay muchos indicios de que las personas tienen continuidad en su personalidad, en sus patrones de reacción”, precisa Pavlova.
Los que siempre han podido ir por la vida relajados y con mucha estabilidad emocional tienen más facilidad para mantener la calma en la vejez, dice también Bertram Kasper. Los que siempre han estado pensando por demás lo tienen más difícil.
“Envejecer es un ejercicio constante de aceptación”, dice Kasper. Porque es precisamente en esta fase de la vida cuando se hace patente, en forma de enfermedades, fallecimientos y quizá también preocupaciones económicas, que no podemos controlar todos los ámbitos de nuestra vida.
La buena noticia es que, si no se acumulan demasiadas cosas a la vez, las personas mayores pueden superar bien estas experiencias en muchos casos.
“Las pérdidas en el entorno cercano o las enfermedades suelen percibirse como algo natural en la vejez”, indica Pavlova. En psicología se habla de acontecimientos normativos. La gente es más propensa a esperarlos que en sus años de juventud. Pero siguen siendo dolorosos.
Aunque cuando se convierte en demasiado -una enfermedad crónica, acompañada de dolor, y también la muerte de un compañero- puede ser desbordante, como describe Pavlova.
En investigaciones científicas hay indicios de que las personas mayores son menos capaces de hacer frente a esas situaciones de estrés agudo o múltiple que los más jóvenes. (DPA)
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