Gimnasia perdió peso en su juego y lo pagó con una derrota que genera debates

Alejo Véliz le hizo daño a una defensa que sufrió bastante. Tarragona estuvo muy sólo adelante y eso lo aleja del gol. Tema para revisar

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Martín Mendinueta

@firmamendinueta

Después de la enorme satisfacción que significó el triunfo en la última edición del clásico, el Lobo decayó en su nivel y tendrá situaciones por revisar de cara al debut copero del próximo miércoles.

Atacando poco y con escasa convicción, terminó sufriendo bastante más la fuerza que la claridad de Rosario Central. Decidido a ganar, el equipo de Miguel Russo terminó aprovechándose de una versión mens sana que lejos estuvo de convencer.

Luego de un primer tiempo infectado por la chatura de las imprecisiones de ambos, en el complemento fue el dueño de casa el que impuso condiciones. El mérito de Gimnasia de haber llegado al empate parcial con el festejo de Bautista Barros Schelotto, se desvaneció por completo en el segundo tiempo con una labor colectiva sin matices para destacar.

Así como el triunfo ante Estudiantes significó una envión anímico de enorme valor, este traspié invita a repasar lo hecho y preguntarse si la formación titular no necesita algunas modificaciones.

¿Se sostiene la permanencia de Franco Soldano, ahora convertido en una especie de mediocampista adelantado por la banda derecha, de cara al debut frente a los peruanos por la Copa Conmebol? ¿Fue una buena decisión haber dejado afuera de los once titulares a Guillermo Enrique? Los éxitos suelen tapizar errores y las derrotas propician el ejercicio de la autocrítica.

Gimnasia no se mostró en Rosario como podría haberlo hecho. Le faltó fuerza para acompañar a Miramón en el medio y alguien con lucidez que no deje tan solo a Tarragona en la línea de ataque.

AL LOBO LE COSTÓ ARMAR JUEGO, PERO JAMÁS SE DEJÓ CAER

En un primer tiempo carente de atractivos, Gimnasia tuvo el carácter y la voluntad de luchar siempre por lo que quería, aun sabiendo que no estaba jugando como pretendía.

Siempre guiado por el ímpetu de Ignacio Miramón, el equipo de Chirola advertía que la leve superioridad de Central no significaba un escollo imposible. El Canalla sintió que el gol de Véliz iba a hacerlo crecer, pero no fue así. Al contrario. Los albiazules, lejos de brillar, crecieron a un ritmo sostenido y supo gestionar la alegría del empate.

Miramón sacó un derechazo hermoso desde afuera del área, Broun respondió con reflejos, pero también con un rebote corto y Bautista Barros Schelotto se topó con una oportunidad histórica que no estaba dispuesto a dejar pasar.

Su demorado festejo del gol (el chequeo con el VAR le restó emoción al instante supremo, pero la importancia se mantuvo intacta) quedará marcado eternamente como una de las más lindas satisfacciones de su carrera profesional. El sobrino de los mellizos Gustavo y Guillermo lleva la camiseta azul y blanca marcada en la piel y por eso pareció desbordado por la emoción de haber sido quien puso la firma para la explosión a distancia de todo el pueblo tripero.

El pibe, que estuvo realmente muy cerca de ir a jugar a Villa San Carlos, protagonizó una acción inmensamente feliz que lo ayudará mucho para seguir haciendo pie en la primera división. La confianza que depositó en él Sebastián Romero constituye un elemento vital en esta historia.

LA FUERZA CANALLA PARA ATACAR TERMINÓ INCLINANDO LA BALANZA Y GANÓ BIEN

El declive mens sana durante el complemento fue un rasgo fácil de apreciar. Salvo por la jugada de Tarragona en el primer minuto, que terminó con un disparo suyo por arriba del travesaño desde una posición muy incómoda, el Lobo sufrió la firme decisión del anfitrión para quedarse con todo lo que había en juego.

En un contexto colectivo desnudo de relieves positivos, la imagen del equipo invita a preguntarse si es o no el momento indicado para algunos retoques. Todo parece indicar que sí lo es.

Valorar únicamente el esfuerzo físico de Soldano para correr a los rivales no debiera ser suficiente como para mantenerlo entre los titulares. Sin gol y desconectado de las batallas que suele librar Cristian Tarragona, no está como para seguir en la formación inicial.

La situación de Guillermo Enrique también será eje de múltiples diagnósticos que harán los hinchas. Su temperamento necesita límites, es cierto, pero también lo es que el equipo extraña su innegociable voluntad de luchar cada pelota como si fuera la última de un partido final. No pareció una buena decisión dejarlo en el banco de suplentes.

Gimnasia debe cambiar algunas piezas y ajustar detalles de su funcionamiento general. El inminente debut internacional le demanda corregir errores que lo terminaron llevando a una caída con escasos atenuantes.

El declive mens sana durante el complemento fue un rasgo fácil de apreciar

El inminente debut internacional le demanda corregir errores que lo llevaron a una caída

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