Paso hacia atrás de un León retocado por la Copa que fue incapaz de generar peligro
Edición Impresa | 13 de Abril de 2023 | 04:24

Martín Mendinueta
@firmamendinueta
Los hinchas albirrojos fueron entusiasmados e ilusionados ayer a UNO. Pero se retiraron decepcionados y casi vacíos de imágenes agradables. Estudiantes jugó un partido flojísimo y mostró sus peores defectos de tres cuartos de cancha hacia adelante.
Sin dudas los retoques decididos por el entrenador Eduardo Domínguez le quitaron frescura e ideas claras a la formación que venía mostrando signos evidentes de estar repuntando.
Haber ubicado a Leonardo Godoy y a Fernando Zuqui en el banco de los suplentes no le salió gratis al DT. Rollheiser estuvo en una mala noche, pero también es cierto que no tuvo un compañero que pudiera dialogar futbolísticamente con él. Algo parecido padeció Mauro Boselli. Sin Godoy que desbordara y con Emmanuel Más reemplazado muy temprano, nadie lo alimentó con buenos centros desde las bandas.
Haber visto la tenencia del balón en forma sostenida por parte del equipo tucumano causó sorpresa y bronca entre los hinchas albirrojos que volvieron a agotar las entradas.
Estudiantes no sólo fue incapaz de imponer condiciones jugando como local, casi no construyó situaciones de peligro real sobre el arco visitante.
MALA PRIMERA MEDIA HORA GENERÓ la rápida reacción de domínguez
Viendo lo que era fácil de observar, que Atlético Tucumán estaba muy cómodo manejando la pelota en la mitad de la cancha, el DT Pincha decidió el primer cambio. Recién se había cumplido la media hora inicial cuando Domínguez sacó a Emmanuel Más para poner a Matías Godoy.
En ese lapso Estudiantes había corrido detrás de los pases que realizaba el huésped. Rollheiser estaba muy sólo, extrañaba a Zuqui y, también, las proyecciones de Leonardo Godoy. Nadie le acercaba la pelota a Boselli por la sencilla razón de que los mediocampistas albirrojos la extraviaban rápìdo por su falta de precisión.
Los dirigidos por Lucas Pusineri hicieron de la posesión de la pelota casi constante un estandarte de su propuesta.
El cabezazo de Estigarribia en el palo izquierdo de Andújar fue un guiño cómplice del destino para con el dueño de casa, que jamás pudo hacer valer sus mejores atributos pese a ser el anfitrión.
Después de la charla en el entretiempo, Estudiantes salió a jugar el segundo tiempo con los mismos once que había terminado el primer capítulo. No se advertía una mejoría en el local y eran muchos los que se preguntaban por qué Domínguez no hacía ingresar a otro delantero para acompañar a Boselli.
El inexorable transcurrir de los minutos fue agigantando la ansiedad y el disconformismo de una multitud que no podía aceptar lo que estaba observando.
Aquel primer cambio de Domínguez (cuando saco a Más) quedó muy lejos del segundo. Los buenos jugadores que estaban afuera tendrían que haber ingresado bastante antes. Así, con la fórmula de ponerlos un ratito, Estudiantes no ganó absolutamente nada. Ni descansaron del todo, ni el equipo logró el triunfo que le hubiera venido estupendo para terminar de enderezar una campaña por demás irregular.
Lo de anoche fue, claramente, un freno abrupto para el optimismo que había generado entre sus fieles.
Quedó en evidencia una vez más que algunos habituales suplentes están bastante lejos de la prestación que suelen ofrecer los titulares. El recambio parcial implementado en esta oportunidad sólo dejó sensaciones agrias.
¿cómo seguirá la historia? ¿Quiénes jugarán ante Boca?
El próximo sábado, cuando Estudiantes se presente en La Bombonera, tendrá que mostrar una labor superadora. Independientemente de los apellidos que elija el entrenador para tan exigente partidos, deberá esforzarse por dejar otra imagen.
Con todos los titulares, con un mix o con la formación que disponga, Domínguez necesita que sus dirigidos regresen lo antes posible a la ruta que venían transitando en los partidos anteriores.
La línea media sin Zuqui pierde a un actor esencial para propiciar la alquimia con Ascacibar (esta vez no pesó ni en el juego ni adentro del área rival) y el Corcho Rodríguez, un jugador muy irregular.
El Pincha decepcionó. Así de simple.
En el primer tiempo el Pincha careció de precisión. El rival le manejó la pelota con mucha facilidad
Domínguez habló en el entretiempo, pero en casi todo el complemento el León jugó flojito
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