Productos con “trampa”: mismo paquete, menos contenido
Edición Impresa | 17 de Mayo de 2023 | 02:55

Mismo paquete, mismo precio (aunque por poco tiempo) y menos cantidad de contenido. Esa es la tendencia que algunas industrias aplican desde hace años y en los últimos meses se profundiza. Una suerte de abaratamiento de costos empresariales que roza el engaño al consumidor y lo perjudica.
Es sabido que la inflación se come la billetera de los argentinos y que en La Plata los precios de los alimentos tienen una escalada acelerada. Ante ese panorama general, las industrias que venden mercadería envasada parece que tienen sólo dos opciones: remarcar o reducir el contenido de los paquetes sin bajar el precio.
Como sucede habitualmente, los perjudicados son los consumidores que -si no miran cuidadosamente la letra chica donde debería figurar la merma de cantidad- compran pensando que ese producto no aumentó de precio y en realidad se están llevando menos gramos o mililitros. También ocurre la tormenta perfecta: suba de precio y achique de producto.
Alimentos, bebidas y hasta productos de higiene. En todos estas categorías se observan pequeñas modificaciones.
“El tema de la reducción de tamaños, con la picardía que la presentación es exactamente la misma, ocurre. Hace un tiempito que el queso rayado histórico de paquete azul, que era de 40 gramos ahora tiene 35 gramos”, dice Fernando Savore, presidente Federación de Almaceneros de La Provincia.
“Hoy la gente tiene que retener precios que cambian todas las semanas y también tiene que acordarse de las cantidades para que no los estafen. Son las picardías de las empresas que se abusan permanentemente”, agregó el referente.
El ejemplo del queso rayado, es uno de los varios que los almaceneros registran.
“Las papas fritas hasta hace unos meses pesaban 550 gramos y hoy el paquete trae 480 gramos, además de que aumentaron el precio”, comenzó enumerando Ricardo Cuevas, vicepresidente de la Federación de Almaceneros bonaerense que tiene un comercio en Berisso.
Se habla de las picardías de las empresas que complican a quienes consumen
“El maíz inflado de una marca líder venía por 315 gramos, ahora pesa 285 gramos; a las galletitas de chocolate una marca conocida también las bajaron de peso y a unas especias que se vendían por de 25 gramos le sacaron 2 gramos”, continuó Cuevas.
Y hay más. El aceite ya no es de litro, sino de 900 mililitros; los dulce de leche de medio kilo no existe más, ahora se comercializa por 400 gramos; el queso untable que traía 300 gramos por pote en la actualidad sólo lo rellenan con 240 gramos; y el azúcar se empezó a vender en paquetes de 500 gramos.
También están las reducciones por modificación de ingredientes: en lugar de abaratarse el producto por tener menos componentes, se lo encarece porque es más “sano”, como varios panes de molde y jugos en polvo que se fabrican con menos azúcar.
En los productos de limpieza e higiene personal también sucede este fenómeno.
Los pañales antes se embalaban de a 12 en la opción más pequeña y ahora el más chico viene de 8; un detergente concentrado, de primera marca, lo hacen de 215 mililitros y el antiguo era de 300 mililitros; y algunas marcas de insecticida se comercializa por 260 centímetros cúbicos cuando originalmente se vendían por 360 centímetros cúbicos.
“Los rollos de cocina son todos de 50 metros, pero vienen más angostos y traen paños más chicos”, destaca Cuevas.
“Eso lo consiguieron los industriales y empresarios en conjunto. Los envases son muy parecidos, para engañar el ojo del cliente. Son maniobras que se hacen en el mercado porque los empresarios lo dominan y hacen lo que quieren. Muchas cosas las hemos aceptado como consumidores poco a poco”.
Los envases son muy parecidos, para poder “engañar” el ojo del cliente, avisa un almacenero
“La gran mayoría de marcas fueron achicando las cantidades”, comentaron desde una distribuidora de productos de almacén de la Ciudad y recordaron un ejemplo no muy lejano: “En su momento, cuando no tenían permitido aumentar los productos, lo que hicieron fue crear nuevas opciones por 10 gramos más y así los ponían al precio que les parecía. Por ejemplo, el café por 250 gramos paso a ser café por 260 gramos y el precio mucho más caro en una reconocida marca”.
Según este comerciante mayoristas, “hoy la venta sale más en productos chicos. Es decir, la gente compra menos, pero además en menor cantidad de cada producto porque no alcanza para más”.
El papel higiénico doble hoja que es premium, lo hacen de 20 metros y lo venden al precio de lo que costaba el de 30 metros, que ahora sale más caro y se comercializa cada vez menos porque los van reemplazando. El packaging no se achica, hay que leer muy bien la información del etiquetado”·
un viejo conocido
En la ciencia de la economía, esta técnica, que busca despistar al comprador y que piense que el producto no ha aumentado su precio, se conoce como reduflación: el proceso por el que mercancías se reducen en tamaño o cantidad, mientras que sus precios siguen siendo los mismos o aumentan.
El mecanismo se utiliza hace años, cada vez que la inflación y las crisis económicas cobran protagonismo.
El objetivo de las empresas puede ser distinto, pero siempre pasa por reducir la cantidad. Es posible que su finalidad sea crear una falsa apariencia de bajada de precio, mantener el mismo con menos peso de producto o reflejar una subida menor que la real.
La práctica no es ilegal, aunque para muchos podría considerarse desleal o engañosa para los consumidores.
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