La vice vuelve a hablar ante su feligresía, en clave electoral

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Por EMILIANO RUSSO

efrusso@eldia.com

Cristina Kirchner volverá a ser la única oradora de un acto -que esperan multitudinario- en Plaza de Mayo, siete años después en ese escenario, en un encuentro en el que intentará revalidar el liderazgo de una coalición oficial que se jugará su permanencia en el poder en medio de internas irresueltas y una grave crisis económica. Confirmada su decisión de no ser candidata este año, la expresidenta buscará ganar centralidad con el objetivo de tallar en la definición de la estrategia electoral del oficialismo y en el armado de las listas.

La convocatoria kirchnerista vino a reemplazar el perimido “operativo clamor” y le servirá para tener una nueva “foto histórica” en pos de su propia construcción política. Ayer se terminó de instalar un fastuoso escenario que, instalado de espaldas a la Casa Rosada, resulta una metafórica imagen de lo que seguramente intentará relatar en su discurso. Con la excusa de los 20 años de la asunción presidencial de Néstor Kirchner, Cristina buscará homenajear la figura de su fallecido esposo pero también la de su propio paso por la primera magistratura como forma de aventar su responsabilidad en la accidentada administración que hoy la tiene como Vicepresidenta.

La exclusión de Alberto Fernández del acto, que a esa hora estaría llegando a la residencia de Chapadmalal para pasar el fin de semana largo, expone no sólo el quiebre del vínculo entre ambos sino la clara intención de “despegar” al kirchnerismo de una gestión que no ha cumplido con las promesas de campaña de 2019 y, por el contrario, ha empeorado los números de pobreza e inflación de los registrados durante el mandato de Mauricio Macri.

Empero, al menos por unas horas, la exmandataria intentará dejar atrás esta difícil coyuntura y emular las grandes concentraciones que la acompañaron en su segundo paso por el sillón de Rivadavia. El último capítulo de estas manifestaciones que alimentaron la denominada épica kirchnerista, había ocurrido durante el anochecer del 9 de diciembre de 2015.

En este caso, la fundadora del Instituto Patria estará acompañada por gobernadores, intendentes del Conurbano y dirigentes sociales, como Emilio Pérsico, que hasta hace poco reportaba a Alberto Fernández.

El mayor despliegue en las calles estará a cargo de las organizaciones kirchneristas. Pero no estarán presentes las columnas de los gremios que integran la mesa chica de la CGT: ni siquiera Camioneros que, tras el virtual corrimiento del gremio de Pablo Moyano, decidió no movilizar hoy al centro porteño. Sí habrá presencia de sindicatos que orbitan en el cristinismo: ayer por la tarde hubo una avanzada de los trabajadores del cuero enrolados en la conducción del ministro bonaerense Walter Correa y de los de la seccional opositora de la UTA, “Juan Manuel Palacios”, que colgaron sus respectivas banderas.

Este jueves estarán presentes, en tanto, funcionarios ligados al Presidente con el argumento de conmemorar el inicio de la denominada “Década Ganada”. Uno de ellos es Agustín Rossi, que el próximo lunes lanzaría su precandidatura presidencial y se sumaría a Daniel Scioli a la grilla de postulantes que, en principio, no contarían con el respaldo de la Vice. Son los que piden que haya PASO en lo más alto de la boleta con la intención de darle más competitividad a un oficialismo que llega a las elecciones inmerso en una persistente crisis y, al mismo tiempo, evitar la pérdida de apoyo en el territorio de dirigentes que quedarían relegados por una lista única. “Cristina no tiene el consenso total para decidir sola y estimo que tampoco le conviene `quemarse` el dedo otra vez”, ironizó un funcionario que reclama mayor apertura política y que no participará del acto que, en principio, comenzaría a las 16.

A menos de un mes para el cierre de listas, la discusión electoral en el oficialismo entra en la recta final. La indefinición en las candidaturas es fruto de la propia debilidad con la que llega a los próximos comicios. “Cristina puede organizar la estrategia pero hoy no tiene una carta para jugar. Ningún dirigente mide bien”, concluyó el funcionario consultado.

 

Cristina Kirchner

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